Lasure, Papunashvili y Álex Muñoz dieron cuerpo y noticias positivas al entrenamiento inicial de la semana en las filas del Real Zaragoza. El trio de lesionados en las últimas semanas participó con normalidad con el resto del equipo en la vuelta de la plantilla a los ensayos, de cara ya al partido del próximo sábado en Pamplona ante el Osasuna (20.30).

Sobre todo Lasure y Papunashvili, a los que no se veía de corto junto a sus colegas desde hace más de dos semanas, significaron un alivio para el cuerpo técnico por lo que supone su recuperación de cara a posibilidades tácticas y técnicas en las convocatorias futuras. El caso de Álex Muñoz, con matices diferentes, tiene una lectura más sosegada pues su caso se trata de una fractura de mandíbula que, máscara especial mediante (la seguirá llevando largo tiempo), aún necesitará de más días de convalecencia hasta que tenga permiso para poder jugar un partido de competición. Además, el central alicantino, ya se había dejado ver con el grupo el pasado viernes.

La vuelta de lateral zurdo Lasure y del extremo zurdo Papunashvili, una vez superado el periodo más agudo de sus molestias físicas (músculo cuádriceps, en el muslo, en el caso del canterano; repetición del dolor en el tobillo dañado con un edema óseo desde septiembre, en el caso del georgiano) deberá confirmarse de aquí al viernes, cuando Víctor Fernández tendrá que elaborar la nueva lista de convocados para el viaje a Pamplona, que el Real Zaragoza tiene previsto llevar a cabo en el día, dada la proximidad geográfica con la capital de Navarra y las facilidades que ofrece la comunicación por autopista.

No obstante, el buen rendimiento de Nieto -sustituto natural elegido por Fernández para suplir a Lasure- y la versatilidad que ha encontrado el entrenador en las piezas similares a Papunashvili en la segunda línea del ataque (Soro y Aguirre), tampoco generan al cuerpo técnico demasiadas prisas en la reincorporación de estos dos hombres en términos puramente deportivos. Se trata, más que nada, de disponer de futbolistas útiles que doten de calma mental al grupo, sin que impere la desazón de ver -como ha sido habitual desde la pretemporada- cómo el grupo de lesionados es, por momentos, excesivamente numeroso.