Álvaro Vázquez, gol de espuela en La Romareda... 33 años después de Pineda

El extraordinario tanto de tacón del ariete catalán tiene su antecedente en un 4-0 del Real Zaragoza a Las Palmas en Primera el 23 de marzo de 1986.

A la izda., la captura de las imágenes de Televisión Española que recogieron el golazo de Pineda, de espuela, en marzo de 1986. A la dcha., la fotografía con el instante del golpeo del balón que publicó HERALDO el día siguiente del partido, destacando su belleza.
A la izda., la captura de las imágenes de Televisión Española que recogieron el golazo de Pineda, de espuela, en marzo de 1986. A la dcha., la fotografía con el instante del golpeo del balón que publicó HERALDO el día siguiente del partido, destacando su
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El gol de Álvaro Vázquez al Oviedo, ese 2-0 en el minuto 89 que sentenció la crucial victoria del Real Zaragoza para seguir huyendo progresivamente del peligro en la zona baja de la clasificación, fue extraordinario por su formato, por su plasticidad, por el método utilizado por el delantero centro blanquillo para introducir el balón en la red asturiana. Vázquez marcó de tacón, de espuela, tras un centro directo desde el córner de Zapater. No hubo ningún toque intermedio. Del saque de esquina, la pelota llegó a la parte trasera de la bota derecha de Vázquez, que hizo el gesto de taconear a la altura de su cintura, por detrás de su cuerpo, el balón golpeó certeramente en su sitio y superó por alto a Champagne.

Una maravilla que ya ha dado varias vueltas al mundo en estos tiempos de redes sociales e internet, donde todo es veloz como la luz. Es probable que alguien lo nomine como gol de año en algún concurso de los que proliferan últimamente por muchos lares. En cualquier caso, lo merecería por su rareza, por su mérito, por su ocurrencia y buen acierto en la singularidad de un remate tan complicado que, además de clase y decisión, necesita de ese puntito de fortuna para que todo salga redondo. Álvaro Vázquez lo bordó y se ha ganado un sitio en la historia del fútbol español por ello.

Pero no es la primera vez que en La Romareda se ve algo así. Vázquez no fue el primero. A los más veteranos del lugar, a quienes ya vivían el zaragocismo día a día en 1986, probablemente la mente los retrotrajo de inmediato a ese momento, hace casi 33 años. Por supuesto, el Real Zaragoza entonces militaba en Primera División. Y le ganó, un 23 de marzo, a la UD Las Palmas por 4-0. El primero de esos goles lo marcó el delantero Paco Pineda... de espuela, en un taconazo de similar factura que el de Álvaro Vázquez. Un gol que, en tiempos donde no había tanta facilidad para la comunicación audiovisual, fue impactante en el fútbol español y europeo. Curiosamente, el episodio gemelo tuvo lugar en la misma portería. El balón entró por un lugar muy similar al de este viernes. Y el centro que hizo que Pineda marcase semejante golazo también le llegó desde el mismo lado, desde la banda derecha del ataque zaragocista sobre esa portería de la Feria de Muestras.

En aquel caso, el origen fue una falta lateral junto al área que botó en cortó Señor para que golpeara Rubén Sosa. El uruguayo tenía la intención de rematar a portería, cruzado y por alto... pero empalmó mal la cesión de Señor y le acabó saliendo un centro improvisado, de difícil previsión por parte de quienes esperaban en el área la resolución de la jugada a balón parado. La pelota le cayó ligeramente a la espalda a Pineda, que estaba en el punto de penalti. Y, sin pensárselo un segundo, armó el tacón a la altura de los glúteos y abordó el balón justo en su punto... golazo por alto batiendo a Pérez. Era el 1-0, en el minuto 7, al poco de empezar. Después, Señor haría un doblete (minutos 54 y 74, éste de penalti) y Pardeza redondearía el 4-0 final en el 85, en una tarde que, además de por la obra de arte de Pineda, pasó a la historia por la expulsión que sufrió en el 88 el propio Pardeza a manos del guipuzcoano Urío Velazquez, que ya apuntaba maneras 7 años antes de que perjudicara nocivamente al Zaragoza en la final de Copa perdida en Mestalla ante el Real Madrid en 1993.

Más de tres décadas después, Álvaro Vázquez le toma el testigo a Paco Pineda, aquel ariete malagueño que llegó ese año procedente del Real Madrid y que fue componente del trío de excelentes delanteros que tuvo Luis Costa en aquel ágil y goleador 4-3-3 donde formaba en punta con Pardeza y Rubén Sosa. Un equipo para la historia pues lograron ganar la Copa del Rey ese mes de abril de 1986, ganando 1-0 al Barcelona en el Vicente Calderón de Madrid (el mítoco gol de Sosa de falta lejana) y devolver así a la senda de las copas y los campeonatos al Real Zaragoza, que se habían quedado atascadas en la época de Los Magníficos en los años sesenta.

Por ubicar con concreción el antecedente de la espuela de Pineda y calibrar enseguida el tiempo pasado hasta lo visto este viernes en La Romareda con Álvaro Vázquez, ahí quedan los datos restrospectivos de aquel 4-0 a Las Palmas.

Por el Real Zaragoza de Luis Costa jugaron Cedrún; Casuco, Fraile, Juliá, García Cortés; Juan Carlos, Güerri, Señor; Pardeza, Rubén Sosa y Pineda. También salieron desde el banquillo Conde y Ayneto. En el cuadro canario, entrenado por José Antonio Ruiz Caballero, formaron Pérez; Julio Durán, Juanito, Marrero, Campos; Mayé, Félix, Saavedra; Chinea, Contreras y Juani. También participaron aquella tarde Yoyo y Santís.

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