El Reus pretende aguantar a sus 12 jugadores con ficha, entre ellos Linares, hasta el día 31

El equipo reusense volvió esta tarde de miércoles a entrenarse. La idea de su dueño, Joan Oliver, es viajar y jugar el domingo en Málaga y pagar a Olmo y Querol antes del día 8 para evitar el descenso inmediato.

Un entrenamiento del Reus.
El Reus pretende aguantar a sus 12 jugadores con ficha, entre ellos Linares, hasta el día 31
Gerard Martí

El Reus Deportiu volvió a entrenarse este miércoles tras haber suspendido la plantilla su trabajo el pasado día 30 de diciembre de manera unilateral. Lo hizo a las 15.30 en el campo anexo al pequeño estadio del club rojinegro, en un ambiente de silencio, máxima preocupación y con solo dos espectadores: un abuelo y su nieto. Xavi Bartolo, su entrenador, contó con 23 jugadores en esta esperada sesión preparatoria, por la delicada situación que atraviesa la entidad tarraconense, al borde de la liquidación y desaparición inmediata en el ecuador de la liga de Segunda División, algo sin precedentes.

En ese grupo estaban los 12 futbolistas que restan aún con ficha profesional (el mínimo exigido por el reglamento para poder seguir compitiendo), entre ellos el aragonés Miguel Linares, delantero pretendido por el Real Zaragoza en el caso de que consiga desvincularse del Reus en el periodo de mercado invernal que acaba de iniciarse precisamente este día 2 y que estará vigente hasta las 23.59 del jueves 31 de enero. También se entrenó el jugador número 13 de esa primera plantilla, Yoda, que no tiene la ficha diligenciada por la Liga de Fútbol Profesional (LFP) desde agosto por motivos de tope salarial. Y también hubo un futbolista que debería ser del primer equipo, el ex barcelonista Isaac Cuenca, que no tiene contrato con ningún club pues en el final del verano también se encontró con la negativa de la LFP a ser incluido en el vestuario reusense. Los 9 hombres restantes eran chicos del filial, el Cambrils-Reus B de Tercera División.

El Real Zaragoza mira con atención cada paso que se da en Reus por dos motivos evidentes: el primero, el asunto de Linares, uno de los refuerzos pretendidos y encauzados por el club aragonés para estos días de mercado de enero; y el segundo, inmersos hace muchas semanas en la pelea por la zona baja de la clasificación y en la dura pelea por huir de los puestos de descenso a Segunda B, porque el hecho de que el Reus pueda acabar desapareciendo de la competición con la liga en marcha generaría, además de la confirmación de uno de los cuatro despeñamientos a la división de bronce de manera anticipada a junio, un reajuste de la puntuación de la liga que alteraría el desarrollo normal de lo que reste de torneo cuando esa baja, si de da, tenga lugar de facto.

En el campo de ensayos del Reus, en la tarde de este miércoles, se ha extraído la conclusión de que el equipo rojinegro sí que va a viajar este fin de semana a Málaga para jugar el partido de la 20ª jornada ante el cuadro local en el estadio de La Rosaleda. La cita está datada para el domingo, día 6, a las 20.00.

La última hora que llega desde Reus es que el propietario del club catalán, Joan Oliver, pretende aguantar hasta que no pueda más, en busca de una solución económica en la que prácticamente nadie cree ya en el club tarraconense, manteniendo al equipo en competición aunque sea en las precarias condiciones en las que se encuentra en estos mismos momentos, una vez que 5 de sus jugadores que no habían percibido sus deudas se marcharon la semana pasada libres y ya no están en el club: Edgar Badía, Shaq Moore, Villanueva, Carbia y Vitor Silva. Su idea mayor, ahora mismo, sería poder seguir en competición hasta que concluya el mercado invernal de fichajes, más allá del 31 de enero referido. De este modo, los futbolistas de la primera plantilla que le restan en el vestuario, un total de 12 (el mínimo exigido por los reglamentos en España), ya no tendrían la posibilidad de ser contratados por otros clubes y, debidamente al día en sus pagos, tendrían que seguir en el Reus hasta final de la liga.

Para ello, Oliver, está en la obligación de pagar las deudas que mantiene con dos de ellos, el capitán Olmo y Querol (jugador natural de la localidad reusense), que denunciaron al club hace una semana y que esperan como límite al día 8, el próximo martes, para recibir lo que Oliver les debe o, de lo contrario, al quedar libres de inmediato por impagos, significar su acción la fulminante descalificación del Reus de la competición, lo que haría que el resto de compañeros con contrato en vigor y con los salarios abonados hace 20 días, también en una maniobra in extremis de Oliver, quedasen asimismo liberados para fichar por otros equipos, entre ellos el pretendido por el Real Zaragoza Miguel Linares. En Reus consideran que Oliver, nuevamente, acabará pagando esas dos deudas antes del día 8 para evitar la desaparición súbita del club y seguir apurando una solución financiera.

Con solo 12 fichas profesionales disponibles a fecha de hoy, el Reus tendrá que ir siempre, al menos, con 6 jugadores del filial o del juvenil en sus convocatorias. Y su entrenador tendrá que contar siempre con que es obligado tener 7 futbolistas con ficha del primer equipo sobre el césped, por lo que la capacidad de maniobra quedará muy reducida en lo sucesivo, mucho más si empiezan a surgir lesiones o indisposiciones diversas que impidan citar a los 12 jugadores que ejercen ahora mismo de esqueleto vital del proyecto de Oliver.

En estas circuntancias, es obvio que la maniobra del Real Zaragoza en pos de fichar a Linares cuanto antes en el recién abierto mercado invernal queda paralizada desde Reus. Si el dueño del club catalán sigue en su intención de continuar compitiendo no es posible ninguna fuga más de su plantilla, teniendo en cuenta que la LFP difícilmente le permitirá en tales circunstancias poder dar de alta a Yoda o a Cuenca, ambos sin licencia (este último, incluso sin vinculación contractual alguna con el Reus pese a que se entrene allí por simple cuestión tácita y de residencia (vive en la localidad mediterránea).

Esta es la última hora del Reus. Y, por ello, del asunto Linares y el Real Zaragoza. Eso sí, en tierras tarraconenses los acontecimientos van a sucederse de manera vertiginosa en lo sucesivo. Así que cada día que pase será una aventura sin final precedible.

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