Una nueva etapa

Víctor Fernández inicia el reto de levantar al Real Zaragoza en una cita crucial contra el Extremadura.El equipo aragonés presentará novedades tácticas y varios cambios.

Víctor Fernández y sus ayudantes Loreto y Cabellud, en el entrenamiento de ayer.
Víctor Fernández y sus ayudantes Loreto y Cabellud, en el entrenamiento de ayer.
Toni Galán

A estas alturas de la vida el mensaje de Víctor Fernández puede sonar a cualquier cosa menos a música con sorpresas. El técnico promete un Zaragoza distinto, un Zaragoza de riesgos, protagonismo, determinación, ambicioso, mirada ofensiva, buenos peloteros, juego raso y aseado… Los viejos elementos del discurso del entrenador zaragozano. En esa línea ha venido anunciando la regeneración del Real Zaragoza durante los últimos días, camino del partido de esta tarde en La Romareda (18.00) frente al Extremadura. Una cita de la que se ha dicho todo: es vital, un duelo contra un rival directo, también en problemas y a la que el Zaragoza solo le puede sacar una victoria como fruto si no quiere que las nubes se cierren por completo sobre su figura justo en el parón navideño. Será el debut, el tercero, de Víctor Fernández en el banquillo de La Romareda. La desesperada bala del club por reconducir un equipo en fulminante crisis de expectativas.

Víctor ha prometido un Zaragoza diferente, moldeado con unos patrones e intenciones opuestas a las medidas con las que Lucas Alcaraz fracasó durante ocho jornadas. Si hay algo sabido con el entrenador zaragozano, es que su gusto futbolístico, a la hora de asomarse al perfil del futbolista, a su esencia última, siempre ha sido el mismo. Esto es capítulo conocido: jugadores de buen trato con la pelota y naturaleza creativa. Víctor no se esconde y ya avisa que con él, al campo, saldrán los buenos. Falta por ver, y esa es la verdadera dimensión del reto, si eso es suficiente. O si hay los suficientes buenos. El año pasado, con similar plantilla, los había. Así que el gran desafío del nuevo entrenador es cuajar ese propósito, reconstruir un equipo. A Víctor no se le medirá por los buenos futbolistas que puedan jugar o no; sino por cómo funcionen y rindan en conjunto. Ese es su caballo de batalla.

Para empezar, contra el Extremadura, aun limitado por las recientes bajas por lesión de Benito y Cristian y por sanción de Verdasca, el entrenador zaragozano devolverá al once James y Pombo, dos futbolistas de los que hablan el idioma futbolístico que predica. También recupera, de inicio en el banquillo, a Papunashvili.

El relevo en el banquillo ha tenido el efecto de un golpe de timón en los ánimos de la plantilla del Real Zaragoza, desvaídos tras la mala dinámica que terminó por arrastrar a Lucas Alcaraz. Sobre el césped de La Romareda, debería observarse ya ese reciclaje emocional: hambre de victoria, determinación, arrojo...

Enfrente estará un Extremadura, un recién ascendido, en apuros y con varias bajas. Ya ha gastado la bala del cambio de entrenador. Antonio Rodríguez ‘Rodri’, quien fuera ayudante de Raúl Agné en su paso por el Real Zaragoza, está ahora al timón. Pierde para el partido a Carlos Valverde, por lesión, y Alex Díez, Olabe y Fausto Tienza, por sanción. Recupera, no obstante, a su artillero, el sorprendente Enric Gallego, delantero corpulento y demoledor que a sus 32 años está debutando en el fútbol español con 14 goles. Es la principal amenaza de un equipo con intimidación (Chuli, Rennella, Márquez...), pero con debilidades defensivas. Ha encajado 27 tantos esta temporada, tres más que el Real Zaragoza.

En la jornada en la que Víctor Fernández le quita el polvo a su manual de entrenador y lo vuelve a poner al servicio del equipo aragonés, no cabe otra salida que una victoria contra el Extremadura. Una nueva etapa no debería empezar de otro modo, sea quien sea el hombre al frente, se llame Lucas o se llame Víctor.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión