La Coruña recibe con lluvia al Real Zaragoza, que ya descansa en su hotel

El equipo aragonés llegó a la ciudad gallega antes de las 19.00, tras 10 horas y media de viaje, y se entrenó en Abegondo, en los campos del Deportivo.

Dos momentos de la llegada del Real Zaragoza a La Coruña en la noche de este sábado: en la Ciudad Deportiva de Abegondo (izda) y en la puerta del Hotel Tryp (dcha.).
La Coruña recibe con lluvia al Real Zaragoza, que ya descansa en su hotel
RZ

Llueve en La Coruña en la tarde-noche de este sábado, 15 de diciembre, cuando el Real Zaragoza ha llegado a la ciudad gallega para jugar 24 horas más tarde, al final del domingo, el partido de la 18ª jornada de liga de Segunda División en el estadio de Riazor. También, dice la previsión meteorológica, lloverá en lo sucesivo hasta que el árbitro canario, Pulido Santana, dé comienzo al choque, a las 20.30 dominicales.

En este envoltorio que es tópico de Galicia, la humedad, el suelo mojado y el agua precipitándose del cielo, la expedición zaragocista ha puesto punto final a la mitad del viaje más largo que se recuerda en muchos años, el que se ha acometido esta vez hasta la esquina del noroeste de la Península, en autocar, por autopista. Han sido alrededor de 800 kilómetros y más de 10 horas y media de ruta con una sola parada técnica para comer, poco antes de llegar a León, pasado Sahagún, en El Burgo.  

El equipo salió a las 8.30 de la Ciudad Deportiva, tras desayunar en el ahora lloroso restaurante que con tanto cariño preparó y personalizó Joaquín Castillo, fallecido horas antes y comenzado a velar por sus familiares y amigos mientras el equipo partía con la lágrima aflorando, quien sabe si con el buen tino de darle un homenaje en campo coruñés pocas horas después de su adiós definitivo, en el funeral que tendrá lugar en Torrero a las 10.30 del domingo. Eran las 18.50 cuando el bus oficial de Ágreda Automóvil llegaba a la Ciudad Deportiva de Abegondo, a 20 minutos del centro de la ciudad de la Torre de Hércules. Allí, Lucas Alcaraz y el preparador físico, Javi Chocarro (sobre todo este) habían preparado una sesión de desentumecimiento de los músculos, de tonificación tras un desplazamiento carretero poco propicio para los futbolistas profesionales.

Mediante una hora de suave esfuerzo, en la noche cerrada y bajo el orvallo (orbayu en la vecina Asturias), la lluvia fina, el cuadro zaragocista puso el punto final a una jornada atípica, de kilómetros y kilómetros de asfalto y quietud en los asientos. De ordenadores y tabletas, de algún libro, de juegos en solitario o en grupo. Ninguna novedad reseñable en lo referente al fútbol, a cualquier molestia física. Todo en orden.

En torno a las 20.30, el equipo entró por fin en el Hotel Tryp Coruña, directos al comedor para cenar. Y, enseguida, la retreta. El cuerpo necesita horizontalidad y descanso en condiciones. Cuando los futbolistas llegaron a su cuartel general en La Coruña (les aguardaban unos pocos seguidores zaragocistas en la puerta), algunos bajaron del bus con sus almohadones especiales. Quien más y quien menos se ha venido buscando la vida en los últimos años donde este tipo de desplazamientos largos no pueden hacerse en medios de transporte más cómodos y rápidos, como antaño.

El plan para la larga jornada de domingo que espera es de recuperación física y mental. Habrá una breve activación muscular a media mañana, pero en el propio hotel de concentración. Seguro que, también, bajo la lluvia prevista, se dará rienda suelta al grupo para que pasee por la bella ciudad coruñesa, sus playas de Riazor y Orzán, la zona de puerto, de Méndez Núñez, la calle Real... Comida a eso de las 14.00, siesta, charla y a las 18.30 al campo. Nada fuera de lo normal... salvo que el viaje de vuelta se emprenderá una vez concluya el choque ante el Deportivo, de nuevo por el asfalto y en bus, durante toda la madrugada y parte de la mañana del lunes, pues de La Coruña no podrá salir la expedición antes de la medianoche.

Un regreso que tendrá un paladar bien diferente si lo mollar de este fin de semana gallego del Real Zaragoza, el fútbol, los 90 minutos ante el Dépor, sale como se desea y se necesita: dando la sorpresa, rompiendo todos los pronósticos y superando en su feudo al tercer clasificado en la liga y uno de los grandes favoritos para regresar a Primera División, de donde cayó el pasado verano. Si no es así, el Zaragoza retornará sin remedio a su pose rumiante de los últimos meses de problemas. Como siempre, el fútbol habla y marca las tendencias. Esta vez toca meter el termómetro en el Finisterre español. Junto al Atlántico. Océano de conquistas y descubrimientos.

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