El librillo de Lucas Alcaraz, el mecanismo de funcionamiento que comienza a regir de manera firme en el día a día del vestuario, ya va mostrando sus primeras líneas explícitas una vez transcurrida su tercera semana en el Real Zaragoza. El sustituto de Idiakez va emitiendo mensajes hacia el exterior de determinadas cuestiones que ya ha explicado dentro en la distancia corta. Y el andaluz, fruto de su dilatado currículum, lanza al aire amonestaciones que tienen como destinatarios a los más jóvenes del grupo (muchos, en una plantilla hecha por Lalo Arantegui y José Mari Barba con un perfil barbilampiño respecto de los grandes transatlánticos de la categoría) y, de retruque, también a las piezas más cuajadas en edad y experiencia en la caseta zaragocista.

"En el equipo que tenemos hay gente joven; y la gente tiene que sentir que debe participar, pero que también puede que no participe. Cuando la gente joven llega, muchas veces piensa que ya está y suele aflojar", expresó con picardía Alcaraz, advirtiendo de que es posible que alguno de los que ha dado el paso hacia el primer plano del equipo el último día en Tarragona pueda dejar frente al Mallorca su puesto de nuevo a otro compañero con distintas características.

Al preparador granadino se le habló de Gual, de Álvaro Vázquez, de las hechuras de los delanteros que parten como titulares en el boceto de Lalo y Barba diseñado en el verano pasado. Y aprovechó para poner firmes, no solo a los hombres de vanguardia, sino, de paso, a todos los demás componentes del plantel: "Los puntas, y el resto del equipo, tienen todos un nivel parejo. Y tenemos que intentar que, tanto los delanteros como los demás, sean todos muy importantes... pero ninguno insustituible".

De soslayo, Alcaraz introdujo una apostilla intencionada en su descripción de las cosas. "Evidentemente, a lo mejor, en alguna posición nos gustaría tener más... pero tenemos lo que tenemos. Y creemos en lo que tenemos. Y, el único camino de demostrar que creemos en lo que tenemos, es utilizarlo", abundó sin citar nombres propios, pero haciendo alusión a su alineación reciente en Tarragona, donde optó por hacer debutar en liga al, hasta ahora inédito, Pep Biel (autor del 1-2) y también de incluir insólitamente como central zurdo al canterano Nieto. 

Todos estos avisos en voz alta que espetó Alcaraz los envolvió en una máxima que abre las puertas del equipo titular a todos los componentes de la plantilla: "Yo soy muy partidario de la cultura del esfuerzo", dijo el andaluz, que reiteró la importancia que él da al rendimiento y la actitud de los jugadores en los entrenamientos semanales, por encima o al margen de otro tipo de condicionantes contractuales, clausulados o voluntades ajenas a su propia persona que puedan llover del cielo.