Este 2 de 11 en victorias ya se dio el año pasado con Natxo González, que hizo 2 de 12

Entre la jornada 10 y la 21, el Real Zaragoza precedente solo ganó 3-2 al Rayo Vallecano y 0-1 en Gijón, sumando solo 12 de 36 puntos. Ahora lleva 11 de 33, a falta de lo que pase con el Granada.

Los jugadores del Real Zaragoza, este sábado en el último entrenamiento antes de enfrentarse al Granada en La Romareda en la noche dominical (20.30).
Los jugadores del Real Zaragoza, este sábado en el último entrenamiento antes de enfrentarse al Granada en La Romareda en la noche dominical (20.30).
Aránzazu Navarro

El Real Zaragoza alcanza la 12ª jornada, en la noche de este domingo ante el Granada en La Romareda (20.30), con un récord parcial de victorias en el arranque liguero de 2 de 11. Es decir, solo ha salido triunfante en 2 de los 11 partidos disputados, aquellos ante el Rayo Majadahonda y Oviedo, en los albores del curso.

Para los analistas, para quienes siguen al detalle el curso de los acontecimientos, esta negativa curva de rendimiento del equipo zaragocista actual no les resulta rara ni lejana en el tiempo. Simplemente porque en la temporada pasada, hace menos de un año natural, el Real Zaragoza de entonces dibujó una órbita similar, gemela, incluso con un partido más de penalización en déficit, pues el registro que dejó Natxo González entre octubre y enero al frente del banquillo de aquel equipo del primer tramo de la campaña fue de 2 de 12. O sea, solo 2 victorias en una horquilla de 12 partidos durante ese trimestre negro.

El Zaragoza actual, que fue dirigido por Idiakez en 10 jornadas y que estrenó a Alcaraz como segundo entrenador del ejercicio en vigor el último día en Elche, ha sumado 11 puntos de los 33 dirimidos. El Zaragoza del torneo del año precedente, entre la jornada 10 y la 21 (trecho exacto que abarcó las últimas 12 jornadas de la primera vuelta), sumó con Natxo González 12 de 36 puntos en disputa.

A saber. Desde que a Natxo el equipo se le caló de mala manera tras ganar en Lorca 0-2 en la víspera del Pilar (era la jornada 9º), aquel Zaragoza solo fue capaz de vencer hasta el inicio de la segunda parte del calendario 2 partidos: por 3-2 al Rayo Vallecano en La Romareda y por 0-1 en Gijón al Sporting. Todo lo que rodeó a esos oasis fueron tropiezos, no victorias. Empates ante el Osasuna (1-1) en casa; 2-2 en Sevilla ante el colista, el filial hispalense; ante la Cultural Leonesa como locales, 0-0; otra igualada sin goles, 0-0, también en La Romareda, frente al Reus; otro 0-0 similar, esta vez en Albacete; y unas nuevas tablas, 1-1, con el Barcelona B en el estadio municipal zaragozano. Las derrotas llegaron en retahíla, 3-1 en Huesca; 3-0 en Almería; después, 0-2, en casa ante el Cádiz; y por 3-2 en Valladolid.

Este año, envolviendo a los 2 únicos triunfos (2-1 ante el Rayo Majadahonda y 0-4 en Oviedo), aparecen los empates en Reus (0-0); en La Romareda ante Las Palmas (1-1), Osasuna (1-1) y Tenerife (1-1); y, a domicilio, en Albacete (2-2); y los varapalos de Almería (2-1); en casa ante el Lugo (0-2); en Soria frente al Numancia (1-0); y Elche (2-0). Esta serie queda, pues, a expensas de lo que suceda con el Granada en las próximas horas para ver si es absolutamente exacta o si, en términos generales, clona en casi el cien por cien el patrón del curso precedente.

Argumentó Lalo Arantegui, el director deportivo del Real Zaragoza, cuando explicó la destitución de Imanol Idiakez hace pocos días que el año pasado no optó por destituir a Natxo González "porque en ningún momento se atravesó por una racha negativa de resultados como la actual". Es obvio que la apreciación del ejecutivo zaragocista no se ajusta a la realidad.

Es palmario que, este sendero por el que viene transitando el cuadro zaragocista desde agosto hasta noviembre, es ya la segunda vez en un año (dos ligas consecutivas) que lo atraviesa.

Es un bucle ya vivido. Un déjà vu en toda regla. Solo que el año pasado el entrenador se consideró intocable y, en este caso más próximo, el de los días que concurren, ahora, los criterios de actuación han sido otros diferentes, se ha cambiado la línea filosófica del plan.

Si los números son prácticamente idénticos, las razones cabe buscarlas en otros ámbitos del día a día de las entrañas del club. No en la racha, ni en la mala dinámica del equipo. Lo de ahora no es peor que lo que sucedió en el segundo cuarto de la liga del pasado curso. Entonces, Lalo y Barba, los responsables deportivos del Zaragoza, apostaron por la humildad, la calma, la paciencia, la mesura. Y el discurrir de la segunda vuelta, positivo y envuelto en una reacción sobresaliente, armó de razón a posteriori su postura respecto de Natxo González. Queda, por ende, abierta de par en par la evaluación en el futuro próximo de este radical cambio de conceptos de dirección aplicados esta vez con Idiakez, con el entrenador elegido para el segundo año una vez que Natxo dio la espantada contra pronóstico en junio, una mácula en el proyecto que puede ser origen y espoleta, por irradiación de efectos, de algunos de los problemas que están asomando en este segundo capítulo del proyecto de ascenso a Primera.

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