77 días sin una victoria liguera del Real Zaragoza en La Romareda: sin palabras

Venció 2-1 al Majadahonda en la primera jornada, el 19 de agosto... y se acabó, por ahora. Las Palmas, Lugo, Osasuna y Tenerife hicieron perder después 9 puntos a los zaragocistas como locales.

Celebración del gol de Pombo por parte del equipo en el único triunfo como local del Real Zaragoza en lo que va de liga, ante el Majadahonda. El autor y Verdasca lo hacen con una ceremonia preparada. Se auguraban momentos felices que no han llegado.
Celebración del gol de Pombo por parte del equipo en el único triunfo como local del Real Zaragoza en lo que va de liga, ante el Majadahonda. El autor y Verdasca lo hacen con una ceremonia preparada. Se auguraban momentos felices que no han llegado.
José Miguel Marco

Parecía ya una barbaridad de tiempo, en los prolegómenos de recibir al Osasuna en plenas fiestas del Pilar (el 8 de octubre), reseñar por entonces que el Real Zaragoza llevaba 50 días sin lograr una victoria como local. Ya en esos momentos, cuando la crisis empezaba a tomar cuerpo importante en los alrededores del equipo zaragocista, se advertía que el único triunfo en La Romareda en la competición de liga databa el estreno de la competición, en pleno verano, en la tarde del 19 de agosto con bastante más de 30 grados de temperatura y los polos y bermudas predominando en las indumentarias de la afición en las gradas. Fue aquel 2-1 ante el Rayo Majadahonda, que debutaba en el fútbol profesional y que, al final, aún metió en apuros a un acomodado Zaragoza de los primeros pasos de la campaña 2018-19.

Pues bien, este domingo 4 de noviembre habrá pasado casi un mes de aquella cita olfativa, que avisaba de que algo serio estaba larvándose en el seno del equipo blanquillo, y la referencia temporal y concreta del último éxito del Real Zaragoza en su campo sigue siendo el mismo: el 2-1 ante el Majadahonda en plena canícula, con las pieles morenas, la mitad de la afición en la playa o el Pirineo, los niños y adolescentes en plenas vacaciones académicas y el fútbol de competición sonando a raro y extemporáneo en fechas tan alejadas de las rutinas como son las de alrededor de la Virgen de Agosto, con fiestas patronales en más de medio Aragón, en más de media España. Desde entonces, el Zaragoza no sabe lo que es ganar como anfitrión en su coliseo de La Romareda.

Y, por lo tanto, la cifra de días aumenta imparablemente. Son ya 77 los que han pasado desde que Pombo y Javi Ros, de penalti, dieran forma a aquellos primeros 3 puntos de la temporada. 77 fechas. 77 días, con sus 77 noches. Tremendo dato que dota de calibre certero al momento que atraviesa este segundo año del proyecto de Lalo Arantegui y José Mari Barba.

Desde aquel 2-1 infligido al Majadahonda, al Real Zaragoza se le nubló la mente en su campo. Vino la UD Las Palmas y se llevó un empate, 1-1. Llegó el Lugo y venció 0-2 encendiendo todas las alarmas. Acudió el Osasuna sumido en problemas y arrancó otra igualada, 1-1. Y hace 15 días pasó por La Romareda el Tenerife, también en puestos de descenso entonces, y repitió tajada, 1-1. Es decir, entre los cuatro visitantes que obtuvieron réditos en Zaragoza, los blanquillos han dejado de sumar 9 puntos. Un agujero negro imposible de asimilar y digerir en un club que aspira, explícitamente, a vivir en la parte alta de la tabla y aspirar en junio al ascenso a Primera División.

El Real Zaragoza ha adicionado como local 6 de los 15 puntos disputados ante los suyos. Ni siquiera el 50 por ciento de ellos. Números preocupantes en grado superlativo. Sin recurrir a alarmismos ni exageraciones. Pura aritmética, pura comparativa con modelos de cursos anteriores en la zona baja de la clasificación por donde se mueven los zaragocistas hace ya varias semanas.

Entremedias, hasta llegar a este 4 de noviembre con la visita del Granada CF a La Romareda y el estreno como entrenador en el rol de local de Lucas Alcaraz como máximo responsable del vestuario aragonés, solo ha habido dos alegrías puntuales que no computan en el haber de la liga en el estadio municipal. Una, la otra victoria del curso (solo se han visto 2 en 11 partidos, otro dato de asustar), que tuvo lugar en Oviedo, por 0-4, en la 4ª jornada, aún en septiembre. Y la otra, la -más tarde- anecdótica eliminación obrada sobre el Deportivo de La Coruña, a partido único en la Copa del Rey, al que el Real Zaragoza derrotó por 2-1 en el clásico partido residual entre dos alineaciones reservas (fue anecdótica porque, en la siguiente ronda, vino el Cádiz a la capital de Aragón y hurgó más en la herida al llevarse un triunfo por 0-1 que alarga, si cabe, ese pésimo rendimiento del equipo como local).

De este galimatías mayúsculo debe sacar Lucas Alcaraz al Real Zaragoza contemporáneo. No es algo menor, como se puede deducir de este somero repaso numérico, de balances, de solvencia futbolística de un equipo llamado a otras cotas bien diferentes a las que ahora ostenta. Todo lo que no sea romper este domingo ante el Granada con estos 77 días sin victorias en La Romareda, circunstancia que aumentaría automáticamente el récord negativo hasta 91 fechas como mínimo (el siguiente partido en La Romareda será ante el Mallorca el día 17 del presente noviembre), significaría seguir dándole vueltas al punzón espiral hacia el corazón de la crisis en lugar de empezar a sacarlo hacia fuera para después suturar el roto. La patología es de medicina de choque.

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