Elche, punto de renacimiento para el Real Zaragoza
El equipo aragonés estrena entrenador en la jornada 11ª con el objetivo inmediato de volver a la senda de las victorias. De los jugadores, extraviados desde hace casi 2 meses, se espera el efecto revulsivo.
Cambio de agujas, nueva vía para el Real Zaragoza. Imanol Idiakez pasará esta noche a ser historia de facto, cuando su sucesor, Lucas Alcaraz, arranque su misión al frente del banquillo zaragocista en Elche en el partido de la 11ª jornada de liga (20.30). Es día de debut, de expectación por lo tanto. De rostro y modales nuevos en un puesto tan relevante como el de entrenador.
Acaba de terminar demasiado prematuramente la breve etapa del técnico donostiarra, la fallida apuesta del área deportiva para este curso, y llega de inmediato el parcheo con el preparador granadino, cuya primera misión es volver cuanto antes a la senda de las victorias. Un camino de obligado cumplimiento para que tenga sentido el proyecto de ascenso del club, del que descarriló el cuadro zaragocista tras su último éxito, aquel de Oviedo el 8 de septiembre, con un 0-4 brillante que ya no ha tenido continuidad ni por asomo.
En Elche nace hoy, por lo tanto, una nueva fase del curso. La que debería ser el hito del que parta el renacimiento del Real Zaragoza en esta liga 2018-19, competición en la que ahora mismo anda dando tumbos, mal colocado en la tabla clasificatoria (zona baja) y con su solvencia y credibilidad como equipo en entredicho.
La cita del estadio Martínez Valero ante el rival ilicitano, que porta los mismos puntos que el Real Zaragoza (11) y ha comenzado el curso con los mismos titubeos, tiene por lo tanto un valor importante en la evaluación del agitado presente zaragocista. Cuando se consuma un despido tan tempranero en el banquillo, es normal que el sucesor recoja un grupo ansioso, atribulado, que requiere tratamiento de choque para que sea capaz de reconducir sus malos pasos. Es el caso.
Para cuando empiece el partido nocturno que, junto con el Málaga-Numancia, cierra la jornada, es incluso posible que el Real Zaragoza lo haga provisionalmente ubicado todavía más cerca de los puestos de descenso de lo que ya estaba desde el lunes pasado (16º, a solo dos puntos del abismo). Así está el asunto. Apurado.
En este medio ambiente, macerado a base de acumular seis jornadas sin ganar, sumando solo 3 de los 18 últimos puntos, Lucas Alcaraz y los reseteados muchachos del Real Zaragoza han de mostrar luces, señales de reacción, en un campo exigente donde, sin ir más lejos, el otro día cayó el líder, Málaga, por 2-0.
El nuevo entrenador viene al mundo zaragocista con las mismas mermas de hondura con las que se marchó el anterior: las bajas por lesión que afectan a piezas clave en el ataque, casos de Álvaro Vázquez, Gual o Papunashvili, que finalmente no ha llegado a tiempo tras un mes K.O. por un pelotazo en una pierna recibido en Albacete. Y Alcaraz también sentirá cómo Eguaras no está aún redondo tras un trimestre ausente por una severa pubalgia. Por este flanco de las individualidades, los únicos cambios los ha provocado el propio Lucas con su decisión de dejar en casa, por motivos técnicos, a Medina y Perone, dando paso como único delantero de la lista de 19 citados al joven canterano Raí Nascimento, hasta ahora singularmente apartado de la circulación por cuestiones tangenciales al fútbol en sí.
La alineación que pueda presentar en su estreno Alcaraz es, en estas coordenadas, algo que solo él conoce. Como lo es el dibujo táctico que utilice, el rombo (ya se ha dado cuenta el andaluz del filo que tiene la figura geométrica de marras) o cualquier otro diseño.
La cuestión mayor no es ninguna de las referidas, sino ganar. Como sea, pero vencer. Salir del laberinto y encontrar un punto de calma. Dejar el socavón ya mismo.
