La veta psicológica de Alcaraz, en plena ebullición

El preparador granadino, que ya advirtió en su presentación su modus operandi en el ánimo de un equipo con problemas, está manos a la obra ya de cara a Elche.

Expresivo ademán de Alcaraz en la mañana de este viernes, mientras el equipo se entrenaba y él pensaba en el guión del día.
La veta psicológica de Alcaraz, en plena ebullición
Toni Galán

Es propio de los entrenadores veteranos, de quienes han convivido y compartido batallas con leyendas como Luis Aragonés, Clemente, Nando Yosu, Jabo Irureta, Manolo Villanova y técnicos de una generación anterior, observar en sus comportamientos diarios una buena dosis de psicología, de sexto sentido con los jugadores, con el equipo en global. Es ese talante de perro viejo, del fútbol de antes, que rompe y rasga con la modernidad, más llena de especialistas, de sectorialización en las labores diarias. El nuevo entrenador del Real Zaragoza, Lucas Alcaraz, responde mucho más al método viejo, al del entrenador capaz de hacer de todo por intuición, por experiencias propias, por sabiduría natural, que al mecanismo pluripersonal de los actuales equipos técnicos de trabajo, llenos de argots que vienen desnaturalizando la esencia del balompié para haberla llevado a términos más próximos al baloncesto, por poner un ejemplo que se entienda.

Alcaraz, que está bien reciclado por su amor a la profesión y al fútbol, no es un tipo anticuado, ni mucho menos. Todo lo contrario. Se ha ido adaptando sin problemas a la evolución de las cosas, fruto de su formación universitaria y su talante personal pleno de iniciativas. Pero porta en su ADN los valores de los viejos entrenadores, aprendidos por edad y también por rozamiento con ellos cuando, siendo un chaval, empezó en los banquillos. Esa es su gran ventaja, pues los técnicos de su perfil poseen dotes que los advenedizos difícilmente alcanzarán por las vías empíricas de siempre. Entre diversas facetas que envuelven este perfil de preparador con dos décadas de currículum ininterrumpido, asoma ese sentido intuitivo, ese olfato psicológico que puede ser un factor clave para reanimar al actual Real Zaragoza de manera solvente. 

El debutante entrenador zaragocista ya habló en su presentación el martes de una paradoja: hay que sacar resultados para salir de ahí abajo, pero no se puede obsesionar la gente con tamaña tarea. Parece una contradicción, pero tiene su sentido. Y en ello está Alcaraz a pocas horas del debut en Elche, metido en el tajo dialéctico con sus jugadores.

"Cuando viene un problema de resultados, lo primero que hay que olvidar es el problema, aunque la solución sea realmente conseguir esos resultados. Esto es así porque cada uno lleva los problemas de una manera distinta, cada uno tiene una personalidad diferente", repitió este viernes Alcaraz en la rueda de prensa previa al viaje a tierras alicantinas.

El andaluz extendió un poco más en qué consiste esta labor de mentalización. "A mí me gusta, porque creo que es la mejor forma de abstraerse en estos casos, hablar de cosas concretas. No hablar de la trascendencia de los partidos, sino de qué queremos hacer en el partido próximo. Porque, si lo que queremos hacer lo hacemos bien, tendremos muchas posibilidades de ganar y lograr resultados. Y ese problema que tenemos lo estaremos solucionando", abundó.

Para que esta doctrina pueda tener éxito a cortísimo plazo, como requiere el Real Zaragoza, es indispensable que tenga receptividad dentro del vestuario, entre el grupo de futbolistas. No cabe aplicarla en genérico en cualquier plantilla, en cualquier colectivo. ¿Qué grado de atención ha percibido entre los chicos que componen la caseta zaragocista en estos momentos en relación a este modo de afrontar la perentoria rectificación que necesita el Real Zaragoza ya mismo?, se le preguntó a Alcaraz.

"Bueno... tampoco tengo aún un conocimiento muy alto sobre ellos (los jugadores), llevamos muy poco tiempo trabajando juntos", contestó, dejando incompleta la función por lo tanto. En Elche, este domingo, y una vez concluya la semana venidera, cuando Alcaraz se presente en La Romareda ante el Granada, seguro que todo el mundo tendrá ya muchos más inputs para discernir si el método psicológico del entrenador de Granada tiene efectos o, directamente, hay que pasar a otra terapia.

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