Un Lalo tocado anímicamente

Al director deportivo del Real Zaragoza, al contrario de lo habitual hasta ahora, se le apreció este lunes un rictus de preocupación, un tono de voz bajo y un discurso poco ágil. Lo de Idiakez ha abollado su carrocería.

Lalo, con el gesto torcido, en el inicio de la rueda de prensa de este lunes.
Lalo, con el gesto torcido, en el inicio de la rueda de prensa de este lunes.
Toni Galán

Lalo Arantegui asomó este lunes en rueda de prensa para explicar la destitución de Imanol Idiakez con una versión personal marcadamente distinta a la que se le ha conocido hasta ahora en las diversas comparecencias que, desde su llegada hace año medio cuando relevó a mitad de campaña a Narciso Juliá al frente de la dirección deportiva del Real Zaragoza, ha venido ofreciendo periódicamente. El Lalo locuaz, sonriente, de discurso sencillo y sin titubeos, no estuvo este 22 de octubre en la sala de la Ciudad Deportiva. Quien allí se vio durante los 7 minutos que duró su acto con los periodistas fue un Lalo triste, de ojos lánguidos, extremadamente serio, con algún problema para armar las frases fruto de no estar a gusto en ese estrado, algo que hasta hoy no había sucedido en ningún caso. No llegó a ser aquel Juliá lloroso y hundido moralmente tras el despido de Milla pero sí, desde luego, la imagen de Lalo destiló un aspecto diferente a todos los precedentes.

“Hoy era un día duro. Hemos vivido muchas horas juntos, el cuerpo técnico y la plantilla", dijo en un momento determinado de su alocución, en la que apenas dejó unas finas pinceladas de matiz personal e íntimo. "Es un día duro. Tanto a nivel personal como profesional, porque había una muy buena relación (con Idiakez y su cuerpo técnico), ya no solo con los trabajadores fuera del vestuario, sino también dentro del vestuario", redundó en otra parte.

Cuando más descolocado se le apreció fue cuando se le preguntó si, de verse de nuevo en verano, volvería a confiar y a fichar a Imanol Idiakez para ser el entrenador del Real Zaragoza. “Esa respuesta no la puedo dar. Cuando tomas una decisión, evidentemente, lo haces convencido. Y en aquel momento no tenía ninguna duda de que Imanol era el más apropiado. Cuando tomas una decisión tan importante para el club es porque estás convencido. Ahora, han pasado muchos meses y es fácil cambiar de opinión. Pero en aquel momento yo no tenía ninguna duda”, salió del paso, un tanto desconcertado, sabedor de que este episodio del cambio de técnico, del fiasco que para el proyecto ha supuesto el haber fallado con Idiakez, abolla su carrocería como ejecutivo inevitablemente.

Las ruedas de prensa de Lalo siempre superaron el cuarto de hora y llegaron la mayor parte de las veces a los 20 minutos. Arantegui siempre ha abordado todos los asuntos, ha sido prolijo en sus explicaciones, se ha mostrado espléndido en dar detalles con el verbo fácil por sentir el viento a favor. En la matinal de este lunes, la sensación fue la contraria. El acto fue breve. Y el contenido, escueto. El talante del director deportivo andaba bajo mínimos en el contador de ánimos. 

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