La alta tensión interna envuelve un entrenamiento desolado

Esta vez no hubo espacio para reuniones, escenificaciones públicas ni gestos para la reacción, como el pasado domingo tras lo de Soria. Idiakez y la plantilla trabajaron a solas, en silencio y con caras largas.

Imanol Idiakez.
Imanol Idiakez.
Toni Galán

Jueves de duro rumiar en las entrañas del Real Zaragoza. Después de que hace solo cuatro fechas, al regreso de la fea derrota en Soria, el día después (la mañana del domingo) fuese escenario de las habituales reuniones del director deportivo con el entrenador, de ambos con la plantilla, de los capitanes con unos y otros, todo a la vista de los medios de comunicación en una escenificación natural y deseada para que desde fuera se aprecie que algo se mueve en el interior ante la crisis que afecta al equipo y a sus mentores, esta resaca tras el nuevo bofetón ante el Cádiz en la noche del miércoles en Copa ha llevado el asunto a la siguiente fase de maduración. Esta vez, el giro de tuerca ha derivado en un día de trabajo en un ambiente de desolación, de soledad triste, de descorazonamiento generalizado al observarse que la reacción necesaria no llega, ni siquiera se vislumbra cercana.

Esta vez, en la matinal del miércoles, no hubo espacio para más reuniones, puestas en escena públicas ni gestos para la galería que transmitan movimientos reparadores por los adentros del área deportiva. Imanol Idiakez, el contestado entrenador, y la plantilla, ahora bajo sospecha de muchos, trabajaron a solas, en silencio y con caras largas. Lalo Arantegui pululó media hora antes por la zona caliente, pero no se arrimó al pasillo-corredor de vestuarios que tantas veces ha salido en imágenes en los últimos tiempos de zozobra que afectan al Real Zaragoza. Al menos cuando las cámaras y los ojos observadores estaban allí presentes.

Es tan alta la tensión que se vive en el seno de la entidad que este tipo de actitudes públicas de apoyo, preocupación y actos de contrición caducaron el pasado domingo al regreso del varapalo ante el Numancia. Después de caer frente al Cádiz en la noche pasada, no tiene sentido seguir repitiendo mímicas y planos ópticos que, por reiterativos, sonarían a absurdos. Ahora, el meollo de la cuestión está en los despachos, en las calientes sillas de piel, en las cabezas de los arquitectos y aparejadores de este proyecto del Real Zaragoza 2018-19.

Idiakez charló brevemente con su segundo, Mario Gibanel, al inicio del entrenamiento pos partido. Luego, se quedó solo, meditabundo, mientras el preparador físico, Néstor Orozco, empezaba la mañana con los que no jugaron, o lo hicieron muy poco, ante los gaditanos. El resto, los titulares, se marcharon al gimnasio a soltar músculos. Todo en callado, sin una chanza, sin los juegos de otras veces que acaban con collejas en el cuello de los fallones. Hay tristeza en el grupo. Todos llevan tragada una anchoa del revés, cruzada en la garganta. A nadie escapa que el lío se ha convertido en morrocotudo en los últimos 40 días de temporada.

Se entrenó el equipo en la Ciudad Deportiva, pero a los responsables del área deportiva y de la dirección general, la cúpula que gobierna con plenos poderes el ámbito futbolístico del actual Real Zaragoza, el ensayo esta vez les resultaba secundario, insustancial. Están buscando una salida al laberinto. Aguantando a Idiakez mientras encuentran un relevo a su medida. Que responda a la horma de sus planes, que encaje con las medidas tan sui géneris que rigen en el día a día de su plan. No es sencilla la cosa, aunque siempre habrá alguien dispuesto a aceptar el trato. El vasco supone un fracaso de alto calibre para sus valedores respecto del guión previsto para este curso. Y eso no va a salir gratis a ningún responsable de área. Solo una sustitución acertada, el acierto pleno en quien pueda y quiera venir a recoger esta obra, podría aliviar algo que, per se, tiene mal arreglo en el núcleo fundamental de las cosas.

En el horizonte muy próximo, llega el Tenerife a La Romareda este domingo, a las 20.00. Una final en toda regla para el Real Zaragoza. Con un medio ambiente cargado de anhídrido carbónico por la combustión propia en el racimo de implicados en semejante problema, que sobrepasa a los jugadores y al cuadro técnico. El equipo se entrenó este jueves en la Ciudad Deportiva, mientras los ejecutivos tenían el foco en cuestiones de índole diferente. Se trata de taponar la vía de agua que se generó en Almería y que han ido abriendo en canal Lugo, Albacete, Osasuna , Numancia y Cádiz. Pero piezas como la que se necesita no hay muchas a mano.

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