Lalo Arantegui mete el termómetro en el vestuario en un día delicado

El director deportivo del Real Zaragoza, cuyas visitas a la caseta son constantes de normal, acudió este domingo a la Ciudad Deportiva para evaluar el sentir del equipo, ya en crisis.

A la izda., Lalo Arantegui entra en el vestuario de los jugadores en la mañana de este domingo en la Ciudad Deportiva. A la dcha., inmediatamente después, es Imanol Idiakez quien pasa dentro.
A la izda., Lalo Arantegui entra en el vestuario de los jugadores en la mañana de este domingo en la Ciudad Deportiva. A la dcha., inmediatamente después, es Imanol Idiakez quien pasa dentro.
Captura de imagen de Aragón TV

Lalo Arantegui entró en la mañana de este domingo 14 de octubre en el vestuario del equipo antes del entrenamiento pos partido, una vez regresado el Real Zaragoza de madrugada desde Soria, donde cayó por 1-0 ante el Numancia. El director deportivo había estado minutos antes en el habitáculo contiguo, el del entrenador, Imanol Idiakez. Hasta aquí, la relevancia de la información no es mucha, pues son episodios que Lalo suele repetir con asiduidad en tiempos ordinarios, sobre todo el de la visita a la caseta de los jugadores, a quienes desde el año pasado acostumbra a ofrecerles charlas diversas entre semana en momentos concretos.

Lo que aporta un carácter especial a lo sucedido en esta matinal del domingo posterior al fiasco en Los Pajaritos es que, el colofón de ese rato de encuentros vis a vis entre responsables de área de alto rango en el Real Zaragoza lo ha puesto una improvisada reunión de la plantilla, en su vestuario, con Lalo e Idiakez juntos. Que el entrenador traspase el umbral del vestuario de sus jugadores ya es más atípico, menos común. No tiene lugar apenas. Y, mucho menos, junto al director deportivo.

Esta secuencia de acontecimientos, que ha transcurrido en un marco temporal de menos de media hora, junto con otras charlas anejas como las de Lalo y el capitán Zapater, por un lado, e Idiakez, el entrenador, y Javi Ros, segundo capitán, por otro, han hecho de este 14 de octubre un día especial en el seno del Real Zaragoza. En sus entrañas vienen tomando alta temperatura los mecanismos de funcionamiento desde hace algo más de un mes, fruto de los malos resultados. Hay piezas cada vez más rusientes tras observar cómo el equipo, después de un buen inicio de curso en las primeras 4 jornadas (logró 8 puntos y se ubicó, tras ganar con poderío en Oviedo por 0-4, en la 4ª posición en la tabla, un hábitat anhelado en este año de proyecto), se ha caído progresiva y, tras lo visto en Soria hace unas horas, ya estrepitosamente. Y Lalo ha acudido a la Ciudad Deportiva a meter el termómetro, a ver cuál es el estado de las cosas en los interiores del equipo, a calibrar reacciones y posicionamientos.

La sensación de crisis, que empezó a tomar cuerpo tras hilvanar la dolorosa derrota por 2-1 en Almería y el batacazo en La Romareda por 0-2 ante el Lugo, empezó a confirmarse en Albacete con un primer tiempo horrible que se restauró mínimamente igualando 2-2 tras el descanso para evitar un bofetón sonoro aquella noche. El cuarto patinazo, el 1-1 del pasado lunes en La Romareda ante el Osasuna en el que los navarros perdonaron a los zaragocistas una derrota que pudo ser incluso amplia (por ocasiones y juego, penalti fallado por los rojillos incluido) ya encendió todas las alarmas que, en Soria este sábado, gritaron a todo volumen con el 1-0 frente al Numancia, con un gol postrero que simbolizó el castigo a un equipo muy menor, muy deficiente, como es ahora mismo el Real Zaragoza que se está viendo en todos estos capítulos ligueros.

En la Ciudad Deportiva, en esta mañana afilada, en momentos delicados en donde las decisiones han de ser medidas y atinadas para no errar y agravar los problemas, todos los principales responsables de este descarrilamiento han salido a escena: jugadores, técnicos y la dirección deportiva.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión