Diamanka, el verdugo del año pasado, Oyarzun, Ripa y Mateu: el peligro de los ex sobrevuela Soria

El Real Zaragoza se topará en Los Pajaritos con 4 antiguos jugadores de su plantel. Uno de ellos, el senegalés Pape Diamanka, lo apeó de la pelea por el ascenso hace 4 meses en La Romareda.

Los cuatro exzaragocistas que militan ahora en el Numancia.
Los cuatro exzaragocistas que militan ahora en el Numancia.
CD Numancia

La leyenda (o realidad) del mal fario histórico del Real Zaragoza con infinidad de sus exjugadores, que han sido tradicionalmente especialistas en marcar goles en la portería blanquilla en épocas posteriores a su paso por La Romareda, revolotea con fuerza este sábado en Soria. No solo porque en el Numancia hay hasta 4 antiguos futbolistas del cuadro aragonés (dos del primer equipo y otros dos que no llegaron a debutar oficialmente), sino porque uno de ellos, Pape Diamanka, viene de ser el principal látigo fustigador del presente más agrio de la entidad zaragocista, al anotar en el estadio municipal el 1-2 definitivo con el que los numantinos eliminaron al Zaragoza en la Promoción de ascenso a Primera en junio pasado. Aún duele, aún sangra el gol de Diamanka, en el minuto 92.

Lo de Diamanka con el Zaragoza venía de más atrás que el caso más reciente: Alain Oyarzun. El vasco, con el 11 a la espalda, fue componente del Real Zaragoza del año pasado, bajo la batuta de Natxo González, con el que comenzó jugando, tanto como extremo como en el puesto de lateral zurdo, y acabó postergado más de medio curso en un curioso caso de autodevaluación de un futbolista propio, que este año está teniendo otros protagonistas. Oyarzun, singularmente, ya ha anotado 2 goles como jugador numantino, cuando el año pasado no tuvo tiempo de ver puerta como zaragocista.

Además, ahí sigue el veterano Ripa, lateral izquierdo de Épila, capitán del Numancia, que hizo la pretemporada con el Real Zaragoza de Marcelino García Toral hace 9 años y, cuando parecía que iba a tener un hueco en la plantilla, acabó cedido el último día al Huesca, sin regresar jamás ya a la disciplina zaragozana. Y también el valenciano Marc Mateu, miembro del Zaragoza B, con visos de ser parte del primer equipo, cuando Manolo Jiménez fue, además de entrenador del último Zaragoza de Primera, el director deportivo de la entidad. El extremo ya había debutado entonces con el Levante en la máxima división. Ahora, tras salir rebotado de la Ciudad Deportiva zaragocista en su día, Mateu ha echado raíces en Soria desde hace ya un tiempo, tres campañas.

El último ejemplo, muy reciente, de esta patología ancestral que padece el Zaragoza con sus ex lo firmó Dongou en La Romareda hace unos días con su nuevo equipo, el Lugo, pues anotó el 0-2 definitivo que confirmó que el equipo de Idiakez estaba embarrancando. Entre los múltiples peligros y trampas que presenta cada año Los Pajaritos para los blanquillos, una vez más toca atender a esta cuestión que, lejos de ceñirse a las supersticiones o creencias en hechizos, es una pura realidad estadística.

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