Pombo es, como otros canteranos del Real Zaragoza, uno de los jugadores que lleva meses sin resolver su situación contractual con el club según el patrón que Lalo Arantegui y José Mari Barba, responsables del área deportiva de la entidad, tienen aplicado en su método de gestión en los equipos más referenciales de la SAD. Tiene un contrato en vigor, con unas cifras salariales, premios y, sobre todo, de cláusula de rescisión, que Lalo quiere revisar hace tiempo, como sucede también en casos similares como los de Delmás, Lasure, Soro... Se les llama 'renovaciones' a lo que, en realidad, se trata de 'novaciones'. Es decir, no se trata de renovar un contrato que vaya a terminarse inminentemente (no es el paradigma de ninguno de los afectados), si no de establecer uno nuevo, diferente en cifras concretasa al que está en vigor, que quedaría anulado y extinguido de inmediato.

Una cuestión que, según Pombo, él quiere saltarse con pértiga a estas alturas de septiembre, porque la competición es lo prioritario y debe estar por encima de las cosas de los despachos en plena liga. "A mí no me preocupa eso. Yo sé lo que quiero, que es seguir aquí muchos años, en el club de mi vida. Pero eso es tema de los representantes, de Lalo. Y yo no me meto", aseguró el jugador aragonés en una breve respuesta en sala de prensa cuando se le solicitó algún tipo de novedad respecto de ese delicado asunto que salpica a varios jugadores del equipo por mor del modus operandi de la dirección deportiva al respecto.