El terreno de juego de La Romareda no existe desde primera hora de la tarde del domingo, cuando se arrancó la última brizna de la vieja hierba, que ha tenido una vigencia de 11 años y va a ser sustituida íntegramente a causa de su deterioro irremediable. En la mañana de este lunes comenzaron las labores de aplicación de una capa de tierra fértil en toda la extensión del campo, que será la base de los nuevos tepes de césped que se plantarán en las próximas 48 horas.

Todos los tiempos, en una operación contrarreloj, están perfectamente controlados por el club y la empresa Siaver, encargada de la tarea de remodelar por completo el manto vegetal de La Romareda de cara a los próximos años. El próximo partido del Real Zaragoza como local será el lunes 8 de octubre frente al Osasuna, referencia temporal para la que aún restan 14 días, plazo suficiente para que la nueva hierba enraíce convenientemente.