Cuando un equipo es feliz al jugar en su casa... ése es el Real Zaragoza

Cristian Álvarez reitera por enésima vez en los últimos tiempos el beneficio que siente el grupo al contar con el apoyo de la afición en cualquier circunstancia: "Poder refugiarte en casa siempre es bueno".

Cristian Álvarez, en la rueda de prensa de este viernes previo a jugar contra el Lugo.
Cuando un equipo es feliz al jugar en su casa... ése es el Real Zaragoza
Tino Gil /Real Zaragoza

Hubo un tiempo en que el ambiente de La Romareda fue frío, indiferente, incluso apático con el Real Zaragoza. No ha mucho de eso. Tiempos duros del anterior capítulo de la historia, el precedente al esperanzador del presente. Hubo hasta jugadores (Cidoncha fue el ejemplo más sonoro) que pidieron al entrenador que nos los alinease en los partidos como locales.

Eso ha dado un giro radical en los últimos años. El zaragocismo ha mutado ambientalmente para bien respecto de los suyos, de lo suyo. Por eso, en septiembre de 2018, difícilmente se hallará en la caseta a un jugador que sienta vértigo negativo por saltar al césped de su estadio. Más bien es al contrario.

Cristian Álvarez, el portero del Real Zaragoza por segunda temporada consecutiva, ponderó en su justa medida esta comunión con el graderío que origina estímulos beneficiosos entre la plantilla cuando la jornada toca en casa. "Es importantísimo, para cualquier equipo que quiera aspirar a estar arriba, que su casa sea una fortaleza. Nosotros lo hemos conseguido. Hemos logrado tener una afinidad muy grande con la gente, que genera una energía muy positiva que hace que nosotros ganemos los partidos. Ojalá esto siga siendo así durante toda la liga", guiñó el ojo el argentino en la previa a recibir al Lugo, este sábado a las 18.00 en el campo municipal.

Es un día con miga. El Real Zaragoza se ve en la obligación, por primera vez esta temporada, de responder con una buena praxis y un buen resultado ante los gallegos a su primera derrota del curso, la del domingo último en Almería que tanto escoció por sus maneras de producirse. Y, por ello, Cristian Álvarez ha ido directo a la complicidad con la hinchada aragonesa: "Jugar cada 15 días en este campo es maravilloso. Y cuando vienes de una derrota, refugiarte en casa siempre es bueno. Este es un campo muy intenso y esa energía la usamos a favor del equipo, del club y de la ciudad. Todos compartimos el mismo sueño", indicó el sudamericano. En este sentido, es una evidencia que ese apoyo solicitado viene de fábrica y no necesita, como en tiempos pretéritos, de campañas extraordinarias para generarlo.

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