Entrenador-capitán, comunicación de hondura
Idiakez, como en mayor o menor medida hicieron sus antecesores en las dos últimas campañas, tiene en Zapater un embajador imprescindible entre el vestuario y el cuadro técnico.
En el actual Real Zaragoza, desde hace dos temporadas y lo que va de esta, la comunicación entrenador-capitán es siempre de hondura. La figura de Alberto Zapater dentro de la plantilla es una pieza fundamental para catalizar las relaciones, a veces complicadas durante el curso, entre el cuerpo técnico y la plantilla. Siempre hay chispazos, cuestiones delicadas, momentos de subidas de adrenalina, de aclaraciones sobre decisiones, de sugerencias internas... infinidad de matices entre un estrato importante del club, el equipo, y su inmediato superior, el entrenador y sus ayudantes. Tanto en momentos prematuros de la temporada, como a medio camino o al final de la misma, hay circunstancias que pulir o manejar de forma engrasada. Y, para un área técnica, contar con una pieza como Zapater en el papel de embajador en ambos sentidos es una enorme ventaja, algo que facilita mucho las cosas en líneas generales, aunque hubiera en su momento, hace dos años, problemas de imposible reparación.
Por lo tanto, lo ocurrido esta mañana de jueves en la Ciudad Deportiva, esa foto de charla a solas entre Idiakez y Zapater, evoca lo sucedido en tiempos cercanos con otros técnicos, los que precedieron al donostiarra en el cargo. Idiakez, como en mayor o menor medida hicieron sus antecesores en las dos últimas campañas, tiene en el veterano centrocampista ejeano un enlace imprescindible con el resto de la caseta. Esta foto se vio en los peores momentos de Natxo González en la pasada temporada. También existe con Láinez, con Agné y hasta con Milla.
Zapater, como el resto de compañeros del equipo, tiene días en los que trata con el entrenador asuntos propios, sobre sus dolencias, sus recuperaciones y sus mejorías. Pero, otros muchos, donde es el ministro de asuntos internos del grupo en su vínculo jerárquico con el técnico, ahora Imanol Idiakez. Su ascendencia sobre el resto de compañeros nadie la discute. Su talante, su currículum en la casa, lo hace diferente y líder natural.
