Cambio integral y forzoso del césped de La Romareda tras el próximo partido

La LFP, que ya está en fase de sanción al Real Zaragoza por el mal estado de la hierba del campo, obliga al club a instalar nuevo piso. Las obras comenzarán tras el partido con el Lugo el día 22.

Imagen del césped de La Romareda hace unas horas durante el Real Zaragoza-Dep. Coruña de Copa del Rey. Así se levanta la hierba en todos los puntos del campo en cada partido.
Cambio integral y forzoso del césped de La Romareda tras el próximo partido
Guillermo Mestre

Zafarrancho a la vista en La Romareda, en concreto en la zona del terreno de juego. El próximo día 22, tras el próximo partido del Real Zaragoza como local, ante el Lugo en la 6ª jornada de liga, se levantará por completo el césped del estadio. El cien por cien de su extensión. Todo absolutamente. La actual hierba, que presenta deficiencias serias desde hace mucho tiempo (temporadas, desde el prisma de los especialistas, los jardineros y empresas de mantenimiento) a causa del largo tiempo que hace que se instaló (más de una década), ya no tiene arreglo paliativo posible.

El detonante de esta resolución súbita proviene, como tantas otras cuestiones del día a día en todos los clubes de Primera y Segunda División, de la tutela estricta de la Liga de Fútbol Profesional sobre la inmensa mayoría de circunstancias que ocurren cotidianamente en los equipos y las SAD. En este caso, la LFP, a través de la normativa que recoge el Reglamento de Retransmisión Televisiva, ha obligado al Real Zaragoza a este paso serio respecto del césped de su estadio que deriva en su sustitución integral, sin rodeos.

La Liga tiene una comisión de supervisión del estado de la hierba en cada campo, en cada jornada. Controla su calidad, su riego, su altura de corte, su drenaje... y emite evaluaciones semanales. Hace ya un tiempo que el Real Zaragoza estaba situado, en este ámbito de exámenes quincenales, en el umbral de las advertencias por las malas condiciones de su césped: inestable, irregular, con calvas (más o menos visibles según el mes y el clima), con momentos en los que se levantaba con suma facilidad y peligro para la integridad de los jugadores.

Ahora ya ha pasado la frontera y está en fase de sanciones económicas. Porque, además, la LFP no solo mide esas condiciones de calidad de la hierba; también hay un casillero para la apariencia visual de la misma, tanto antes de los partidos, como durante y al final de los mismos. La Liga no quiere transmitir al exterior imágenes que sugieran que el fútbol se disputa en España en 'patatales' o similares terrenos de juego.

En definitiva, que a La Romareda se le ha acabado la moratoria de la LFP y no le queda al Real Zaragoza más remedio que acometer esta importante y costosa obra. De súbito. Nada más concluir el sábado 22 el partido contra el Lugo, una brigada de trabajadores especializados entrará en el campo y comenzará sin dilación la retirada de los tepes defectuosos que configuran ahora mismo el deteriorado tapete verde del estadio. Dejarán durante la madrugada el terreno pelado de hierba, con la tierra a la vista en toda la superficie. Es una operación de urgencia, contrarreloj. El plan es que la nueva hierba, los tepes recién comprados, estén en su sitio definitivo cuanto antes, el día siguiente. Y, desde ese momento hasta el miércoles 3 de octubre, durante alrededor de 10 días, que se pueda trabajar sobre él para que se asiente convenientemente, agarre al suelo sin problemas y todo concluya felizmente y sin incidencias negativas.

El siguiente partido, una vez arrancado el viejo césped tras jugar contra el Lugo, se ha programado por la LFP en lunes, el 8 de octubre a las 21.00 frente al Osasuna. Es decir, hay 16 días de espacio temporal para ejecutar este milimétrico trabajo de renovación del césped de La Romareda (entremedias, el equipo viajará a Albacete, en la 7ª jornada, el 28 de octubre). Tiempo más que suficiente para que todo salga a la perfección.

El coste económico de la operación se estima por encima de los 200.000 euros, pues solo se van a tocar los tepes de hierba. En ningún caso se actuará sobre drenajes y demás componentes de la base del terreno de juego. De entrada, es el club el que deberá afrontar en primera instancia el pago de la reforma, aunque el propietario del estadio es el ayuntamiento. 

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