"El fútbol te da lo que te mereces". Natxo González, Zaragoza, 21-9-2017

El exentrenador zaragocista, que visita este miércoles La Romareda al frente del Dépor envuelto en su polémica huida de mayo, dejó esta frase tras otro partido de Copa, ante el Lugo, hace un año.

Natxo González, con gesto torcido a su llegada a Zaragoza al frente del Deportivo de La Coruña, en la puerta del hotel, este martes por la noche.
Natxo González, con gesto torcido a su llegada a Zaragoza al frente del Deportivo de La Coruña, en la puerta del hotel, este martes por la noche.
Raquel Labodía

"El fútbol te da lo que te mereces". Natxo González, Zaragoza, 21-9-2017. Es una de las frases que dejó el exentrenador zaragocista, que visita este miércoles La Romareda al frente del Dépor, en su año de pertenencia a la familia blanquilla, el pasado curso 2017-18.

Natxo González. Septiembre 2017.

No tuvo la repercusión de aquella otra, la de que sabía que la historia "acabaría fantásticamente", que espetó en Almería poco después de la referida aquí ahora. Pero, con el paso del tiempo, esta aseveración del vitoriano, dicha en la sala de prensa de La Romareda tras eliminar al Lugo -precisamente en la Copa- adquiere justo ahora un valor superlativo.

Natxo, que retorna a Zaragoza mucho antes de lo que él hubiese deseado (justo 3 meses y un día después de su despedida en una comparecencia unilateral ante la prensa, tras la increíble eliminación en la promoción ante el Numancia), envuelto en el indeleble manto de polémica que lo abrazará para siempre por su fea huida de mayo del club zaragocista, andaba hace un año metido en sus primeros apuros, que fueron muchos hasta ya entrado febrero y de los que salió vivo hasta en tres ocasiones, en alguna contra natura, únicamente por el empecinamiento de Lalo Arantegui y José Mari Barba, sus valedores personales y afectivos desde el principio de su singular elección como entrenador blanquillo vía Costa Dorada. Tenía que justificar con la Copa aquella noche el deficiente inicio liguero de su Zaragoza, que venía de perder en casa con el Alcorcón y de caer en Lugo (el mismo rival copero) horas antes.

Y, apoyado en el viento a favor de aquel 1-0 con el que el Zaragoza pasó a la siguiente ronda de Copa ante los lucenses, con gol de Papunashvili, Natxo se metió en su rol de pitoniso para avisar a los críticos que "el fútbol te da lo que te mereces" a largo plazo, en virtud de tu trabajo, esfuerzo y talante.

En cierto modo, viendo lo ocurrido en la segunda vuelta, este adagio 'natxista' tuvo algo de razón de ser. Pero el fracaso de la promoción, que ya estaba contaminada antes de nacer el primer duelo contra los numantinos por su histórica deslealtad (traición, dicen otros) para con el Real Zaragoza al ponerle el casco de vikingo a la entidad aragonesa antes de concluir la liga regular y comprometerse con el club de La Coruña, desvirtuó cualquier lectura positiva que se pueda o quiera hacer sobre la figura de González en su paso por el banquillo zaragozano. Lo suyo fue gordo. Muy gordo y sin precedentes en unas circunstancias tan delicadas para el presente y el futuro de la SAD.

Natxo aduce públicamente, en los prolegómenos de su vuelta a Zaragoza bajo el halo de la falsedad en su comportamiento de mayo, que todo se trató de "una decisión profesional". Correcto. Quién más y quién menos, sabe lo que se esconde detrás de ese subterfugio, céntimos incluidos. Pero Natxo también sabe que este tipo de conductas 'profesionales' conllevan un peaje de índole personal en cualquier ámbito en el que cualquiera se mueva en la vida. Digamos que van en el sueldo. Mejor explicado, van en el incremento del sueldo.

Este miércoles 12 de septiembre trae a Natxo de nuevo a la banda de La Romareda. Al banquillo de al lado, al del otro lado del túnel de vestuarios. Justo 3 meses y un día (formato de pena penitenciaria) de su último episodio, aquella esperpéntica y fofa puesta en escena de su adiós al Zaragoza en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva, cuyo desarrollo subterráneo y culminación real había negado días antes, cuando la liga regular aún no se había terminado (faltaba visitar Barcelona, el Mini Estadi) y el Real Zaragoza estaba jugándose, tal vez, el ascenso de su supervivencia.

Y, aludiendo al repertorio de frases lapidarias de Natxo en su mohíno discurrir público en Zaragoza, viene al pelo aquella que dejó, en una noche de Copa como la que ahora lo devuelve a La Romareda, hace un año tras eliminar al Lugo. "El fútbol te da lo que te mereces", apuntó entonces el técnico. No es un aserto infalible, porque a veces eso nunca acaba de ocurrir, pero sí suele tener un alto índice de acierto en la trayectoria de los equipos y de los profesionales que pasan por ellos.

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