Hace seis años el histórico Real Oviedo se desangraba en el grupo I de la Segunda División B. Una inasumible deuda financiera, fruto de una pésima gestión deportiva y económica, habían colocado a la entidad a un paso del precipicio. La desaparición del club se adivinaba como el previsible final. Pero en noviembre de 2012, el empresario mexicano Carlos Slim, la séptima fortuna del planeta en 2018 según Forbes, surgió para esquivar el desastre. Su aportación inicial de 2 millones de euros a través de una de sus empresas, Carso, fue la primera piedra de un camino de regeneración de la institución. Seis años después, y tras invertir 13 millones más -15 en total-, el equipo ovetense arranca la campaña con la vitola de candidato al ascenso a Primera División, una categoría de la que descendió en 2001 para no regresar jamás.

La estabilidad y el músculo económico que supone la presencia de Slim redunda en las posibilidades del que será el rival del Real Zaragoza el próximo sábado en el Carlos Tartiere (18.00). En el presente ejercicio y tras la presentación del pertinente aval por parte de Carso, cuenta con un tope salarial de 8 millones de euros, que también incluye las fichas de su filial, el Real Oviedo Vetusta, recién ascendido a Segunda B. Joaquín del Olmo, máximo representante de Slim en Asturias, ya ha anunciado que, si es preciso, en el mercado de invierno podrían ampliar el presupuesto.

Por segunda campaña consecutiva, Juan Antonio Anquela dirige el plantel. Pese a fracasar en el intento de alcanzar, al menos, el ‘play off’ de ascenso, se le mantuvo en el puesto. Su experiencia en la competición le ha concedido una segunda oportunidad.

El poderío ovetense queda plasmado con los nueve fichajes que ha acometido de la mano del director deportivo Ángel Martín González. Comenzando por el último, el central mexicano Oswaldo Alanís, internacional con su país en 22 ocasiones y con un rico palmarés con Chivas y Santos Laguna, que ha aceptado el reto de bajar un escalón hasta la Segunda División con el objetivo de darse a conocer en el fútbol europeo. Firmó el 28 de agosto, tras una ardua negociación por su elevada ficha, y todavía no ha debutado.

Otra de las piezas capturadas en esta pesca de altura es Joselu, uno de los goleadores con mayor pedigrí de la categoría (con pasado en Córdoba, Recreativo de Huelva, Real Mallorca, Lugo y Granada) y objeto del deseo de varios clubes. Hace dos campañas, cuando militaba en el Lugo, se proclamó pichichi con 23 dianas. Junto al veteranísimo Toché (35 años) y al senegalés Ibrahima Baldé (formado en el Atlético de Madrid y procedente del Cluj rumano) completa el trío de arietes a disposición de Anquela.

Con cartel de internacional y mundialista en Rusia ha desembarcado el panameño Yoel Bárcenas, cedido por el Cafetaleros de Tijuana. Este extremo destaca por su regate y velocidad. Es titular indiscutible y ya ha dejado su impronta con los dos tantos que firmó en la goleada a domicilio al Córdoba (2-4).

Libre de contrato procedente del Nástic de Tarragona aterrizó el centrocampista Sergio Tejera, un pivote con horas de vuelo en la élite con el Mallorca y el Espanyol. Suyo fue el gol del empate en el tiempo de descuento en Cádiz la pasada jornada.

Tras once temporadas en la primera plantilla de la Real Sociedad, el defensa Carlos Martínez trata de prolongar su carrera con la camiseta carbayona. El portero argentino Nereo Champagne, de 33 años, ha recalado en Oviedo en pos del protagonismo del que no disfrutó en el Leganés. El canterano madridista Javi Muñoz ha sido cedido por el Alavés. Y, finalmente, el ghanés Richard Boateng, una sensación con el Melilla en Segunda B, es una apuesta de futuro a cargo de Martín González.

Estos nombres novedosos se suman a la base integrada por Alfonso Herrero, Forlín, Johanesson, Christian Fernández, Mossa, Aarón Ñíguez, Ramón Folch o Saúl Berjón, dando como resultado una plantilla solvente y potente. Una amenaza para el Real Zaragoza.