El Real Zaragoza, ya en clave de liga

El equipo e Idiakez comenzarán este martes el trabajo fino de pulir la pretemporada en su 6ª semana, ya con el Majadahonda en la primera jornada liguera a tiro de piedra.

Los jugadores del Real Zaragoza hacen piña antes de empezar el último amistoso del verano, el pasado sábado en La Romareda ante el Levante en el Trofeo Ciudad de Zaragoza-Memorial Carlos Lapetra.
Los jugadores del Real Zaragoza hacen piña antes de empezar el último amistoso del verano, el pasado sábado en La Romareda ante el Levante en el Trofeo Ciudad de Zaragoza-Memorial Carlos Lapetra.
Oliver Duch

El Real Zaragoza, que tiene día de descanso este lunes, arrancará de lleno en clave de liga el trabajo de esta 6ª semana de pretemporada, la última del verano futbolístico, la definitiva para acometer en las mejores condiciones el primer partido de liga, el domingo a las 20.30 en La Romareda ante el Rayo Majadahonda, un recién ascendido y novel en la categoría. Será una semana bien diferente a las 5 anteriores, con sumo cuidado en las cargas físicas y sin partido amistoso de por medio. Todo ya en modo competición oficial.

Se acabaron los bolos y los ensayos sin más interés e intención que la de acumular minutos, probar alternativas, ver el crecimiento de los jóvenes, comprobar el estado de los veteranos y ensamblar paso a paso a los fichajes recién llegados. El entrenador, Imanol Idiakez, también novato en la plaza, ya no manejará el diseño de los amistosos estivales con 22 jugadores para alinear, entremezclando probaturas en la primera parte y la segunda de cada choque preparatorio en campos dispares y ante rivales de todo tipo y condición. Esta semana cambia radicalmente el método. Empieza el fuego de verdad y se guardan durante un año las balas de fogueo en el cajón.

El principal objetivo será definir el primer once inicial del Real Zaragoza para afrontar el primer encuentro serio ante los madrileños con garantías de éxito. Idiakez tiene, una vez estudiado a fondo el verano, la importante tarea de elegir a los 11 mejores, de dilucidar quiénes están en mejor estado físico y técnico para lograr los 3 primeros puntos del largo torneo de Segunda División frente al desconocido y llamativo Majadahonda. A partir de dentro de 6 días, los marcadores ya no serán anecdóticos ni el rendimiento del equipo y las individualidades tendrá valor relativo. Las notas ya contarán. 

Ese cambio de chip, habitual cada agosto cuando llega la verdadera antesala de la liga, se vive ya en el vestuario zaragocista. Un momento importante en la transición de la precampaña a la competición oficial, al que el renovado Real Zaragoza 2018-19 llega con algunas bajas de notable peso específico por culpa de lesiones: Eguaras, Zapater, Guti, Papunashvili y Toquero. También con otro titular en la positiva recta final del año anterior, Lasure, recién salido de la enfermería. Los blanquillos cuentan asimismo con uno de sus delanteros referenciales, Marc Gual (el otro está aún por venir), recién aterrizado y con la necesidad de engranar con el mecanismo del grupo a toda velocidad.

En definitiva, Idiakez y sus muchachos se aprestan a afrontar la semana más importante, en lo estratégico y sustancial, de toda la pretemporada. Mucho más que aquella que fue del 9 al 15 de julio, la del retorno vacacional, la de los exámenes médicos, las ampollas y las agujetas. Y que la que unió el 16 y el 22 de julio, que tuvo Boltaña (Huesca) como base del trabajo inicial del verano. O la que hiló el 23 y el 29 de julio, con los primeros amistosos serios y la digestión inicial de la filosofía de Idiakez dentro de la caseta. También es mucho más profunda que la semana que unió julio con agosto y que, ante rivales de Primera, advirtió de algunas virtudes y, sobre todo, de los peligrosos defectos que el tierno equipo tiene que reparar de cara a sus envites en la dura Segunda División que aguarda. Y, por fin, los próximos días hasta el domingo van a suponer un sensible cambio de hábitos en todos los protagonistas del equipo respecto de la semana pasada, la de los últimos bolos sin presión, la de la presentación ante la afición en el Trofeo Ciudad de Zaragoza-Memorial Carlos Lapetra.

Parece algo natural, incluso de Perogrullo, referirse a este evidente cambio de registro mental y de trabajo del equipo ante la llegada de la liga. Pero no lo es. En el batiburrillo que se da cada año en el fútbol español en las dos (o tres) primeras jornadas de liga, que se disputan aún en agosto, con la gente de vacaciones y, sobre todo, con el mercado de fichajes abierto hasta la medianoche del dia 31, suele darse en muchos lugares y clubes la sensación de cierta provisionalidad, de cierta moratoria hasta que el equipo coja el tono y ponga velocidad de crucero. Como si estos próximos 18 días fueran tiempo de entremeses, de aperitivo para el resto del largo curso. Y ese es un error que, de darse, deja escapar puntos y sensaciones positivas que, al final, se echan en falta.

Estos días que van del 13 al 19 de agosto, por lo tanto, deben ser tratados como cumbres para que el motor zaragocista llegue a punto, en perfecto estado de uso y revista, al domingo a las 20.30 en La Romareda.

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