Discurso enfático de Idiakez antes del primer ensayo pos 5-2 ante el Leganés

El habitual corro previo a cada entrenamiento protagonizado por las consignas del entrenador fue este lunes más largo y serio. La lección del sábado es digna de ser positivizada.

Un momento de la larga plática de Idiakez a la plantilla este lunes, superior a los 10 minutos, en el corro habitual previo a cada entrenamiento.
Discurso enfático de Idiakez antes del primer ensayo pos 5-2 ante el Leganés
Daniel Marzo

La goleada recibida por el Real Zaragoza el pasado sábado en Calatayud ante el Leganés (derrota por 5-2) va a servir de eje en infinidad de cuestiones durante los entrenamientos de esta semana y, seguramente, las próximas. Dejó muchas líneas escritas el duelo ante los madrileños en las que se reseñan las carencias y puntos de mejora ostensible que tiene en estos momentos del verano el actual Real Zaragoza. Al respecto, el primer detalle llamativo llegó al inicio del primer ensayo del nuevo tramo de la pretemporada, este lunes por la tarde en la Ciudad Deportiva. La sesión tuvo su punto de partida en un discurso enfático de Imanol Idiakez, el entrenador, antes de comenzar a desarrollar la hora y media larga de entrenamiento.

El habitual corro previo a cada sesión preparatoria, un ceremonial que siempre protagoniza con sus consignas el técnico vasco, fue esta vez más largo y serio. La lección recibida ante el Leganés solo 48 horas atrás es digna de ser positivizada. Que suceda un accidente de esas dimensiones en medio de la pretemporada puede ser mucho más aprovechable que perjudicial para un equipo. En tiempos de pruebas y experimentos, los errores se asumen con mayor naturalidad y sin tanto daño como ocurriría si algo así tuviera lugar con la temporada oficial ya en marcha. Hasta viene bien que asomen a la superficie y no queden ocultos en espejismos.

Idiakez, en su plática, ya dejó entrever a sus pupilos que la semana viene de diferente manera que las anteriores. El 5-2 así lo requiere. Y los 10 minutos largos de discurso del preparador donostiarra, ante el silencio monástico de todos los jugadores situados a su alrededor en el círculo central del campo de entrenamientos de la Ciudad Deportiva, así lo refrendan.

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