El verano viene movido para el Real Zaragoza en el apartado de las lesiones, ese nicho de incidencias diarias que los entrenadores, jugadores, médicos y fisioterapeutas quieren ver de lejos cada pretemporada. El primer entrenamiento del equipo aragonés este lunes en Boltaña (Huesca), en el arranca real de su concentración pirenaica, ha dejado dos nuevas piezas tocadas: Verdasca y Lasure.

Ninguno de los dos pudo terminar la sesión por unos molestos dolores musculares y fueron evaluados sobre el césped del campo de Villaboya por el doctor Honorio Martínez, incluso en el caso del portugués, tratado por los recuperadores en su abductor izquierdo. Lasure, por su parte, dejó el terreno de juego apenas 4 minutos después de iniciarse el ensayo matinal bajo una incesante lluvia de tormenta, al notar un dolor susceptible de problemas mayores en la parte posterior de un muslo.

Además, Benito provocó un susto mayúsculo tras un choque con el colombiano Medina, al echarse mano entre gritos a su rodilla derecha, que ya le dio problemas el año pasado. El lateral no concluyó el entrenamiento con normalidad, renqueante, pero aseguró posteriormente que se trata de un traumatismo puntual, sin que se esperen secuelas serias. Precisamente Jeison Medina también se marchó al hotel con una tremenda cojera, fruto de una sobrecarga en los aductores.

Total, que el principal protagonista de la mañana no fue el balón (que sí tuvo su importancia), ni las cuestiones tácticas. El que más fotos se llevó en las más de 2 horas de trabajo del Real Zaragoza fue Honorio Martínez, el médico.

Todos estos episodios martillean el mal fario que está teniendo el cuadro zaragocista en este inicio del nuevo curso 2018-19, pues cuenta con 5 lesionados de cierta relevancia que no van a poder llevar a cabo la pretemporada y difícilmente llegarán en condiciones de empezar la liga dentro de un mes: Toquero, Zapater, Papunashvili, Eguaras y Raúl Guti.