Zapater y Papunashvili cayeron lesionados de cierta importancia en el entrenamiento matinal del Real Zaragoza de este sábado. Los dos jugadores blanquillos, con vitola de principales protagonistas en el equipo del año que se avecina, dicen adiós prácticamente a toda la pretemporada, que acaba de empezar esta semana y que dentro de menos de 24 horas dará el pistoletazo de salida real con la concentración del equipo en Boltaña (Huesca).

Incluso, por el hecho de que el trabajo estival está constreñido en un tramo de escasamente 5 semanas por el tempranero inicio de la nueva liga 2018-19 (lo hará el 17-18 de agosto, en apenas 34 días naturales), es muy probable que tanto el capitán ejeano como el punta georgiano se pierdan forzosamente el comienzo de la temporada oficial. Y es que la lesión de Zapater es una rotura fibrilar en el cuádriceps del muslo izquierdo, en su parte anterior por lo tanto. Por su parte, Papunashvili la padece en la parte posterior del muslo derecho, en la zona isquiotibial.

Los dos jugadores han sido trasladados con celeridad al Hospital QuirónSalud donde las respectivas resonancias magnéticas a las que han sido sometidos han desvelado la desventura de sus dolencias, enormemente inoportunas para ellos y para el colectivo en un momento tan importante del curso, justo su inicio. Mucho más si se tiene en cuenta que otras tres piezas con galones en la plantilla, Toquero, Eguaras y Raúl Guti, trabajan también al margen de la normalidad del grupo a consecuencia de sufrir, cada uno de ellos, otro tipo de lesiones de media-larga recuperación y, asimismo, no estarán en condiciones de comenzar la liga dentro de poco más de un mes.

Este cúmulo de contratiempos es obvio que fuerza a la dirección deportiva, con Lalo Arantegui a la cabeza, a acelerar los pasos para ir completando el plantel antes de lo previsto en determinados casos.