"Cuando fiché le dije a Lalo: 'lo vamos a petar'. Y, Lalo, 'lo vamos a petar'"

Natxo González contó en la charla-coloquio de ADEA la anécdota personal con el director deportivo cuando se consumó su fichaje como entrenador del Real Zaragoza.

Un momento de la charla de Natxo González este martes en la sede de Bantierra en Zaragoza, junto al moderador, José Miguel Tafalla. En el público, Lalo Arantegui.
Un momento de la charla de Natxo González este martes en la sede de Bantierra en Zaragoza, junto al moderador, José Miguel Tafalla. En el público, Lalo Arantegui.
Oliver Duch

En uno de los diversos pasajes de la charla-coloquio que tuvo lugar este martes en el foro de ADEA (Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón) en la que Natxo González, el entrenador del Real Zaragoza, fue el protagonista invitado, el técnico contó la anécdota personal que tuvo lugar con el director deportivo, Lalo Arantegui, en el momento en el que se consumó su fichaje por el club zaragocista hace un año. Natxo rememoró el pasaje verbal en el que ambos consumaron el acuerdo definitivo para que él fuese el responsable del equipo a partir de esta temporada.

"Lalo vino y me contó sus planes. Y me convenció. La verdad es que no le costó mucho convencerme. Y yo le dije: 'lo vamos a petar'", recordó Natxo que, antes de concluir su frase ante los presentes en el acto de la sede zaragozana de Bantierra, levantó la vista, buscó a Lalo Arantegui entre el público, y redundó: "Y, Lalo, 'lo vamos a petar'". Un episodio traído al presente por Natxo, que nunca antes había hecho público, que tuvo ese detalle final cargado de complicidad e impulso optimista por parte del técnico de Vitoria.

Natxo González es la gran apuesta de Lalo y su máximo colaborador en el área deportiva, José Mari Barba, secretario técnico. Y durante el mes de diciembre, en plena crisis de resultados del Real Zaragoza, ambos tuvieron que salir en su defensa en el seno del club ante el deterioro de credibilidad que se empezaba a gestar por la deficiente marcha del equipo. Este escudo protector, unido a la voluntad de los dirigentes de la entidad de no repetir los errores del pasado reciente, esos que hicieron del banquillo zaragocista un carrusel inestable de figuras dispares que nunca dieron solución al devenir del equipo en Segunda División en los últimos años, permitió que Natxo pudiera continuar su labor en pos de buscar la recuperación deportiva de una plantilla que no estaba dando la talla como se esperaba.

Y, tras otro temblor del suelo en torno al entrenador ocurrido el 3 de febrero, cuando tras el empate 1-1 en Alcorcón, en un día de fútbol de hojalata, los más de medio millar de seguidores zaragocistas allí desplazados gritaron por primera vez 'Natxo, vete ya', a lo que se unió que el equipo quedase esa jornada en la 16ª posición en la tabla, a solo 2 puntos de los puestos de descenso a Segunda B con la segunda vuelta de la liga ya en marcha, el sostén del área deportiva diluyó cualquier atisbo de nueva crisis. Y, de repente, surgió la sobresaliente racha que mutó radicalmente la solvencia del equipo. Llegó la catarata de triunfos, la enorme cascada de puntos en cadena que, no solo sacó al Real Zaragoza de la cola de la clasificación en un abrir y cerrar de ojos, sino que lo elevó a la pugna por el ascenso, donde continúa a falta de tan solo 7 jornadas para el final.

No cabe duda que ese 'feeling' entre Natxo y Lalo tiene motivos sobrados para ser grande y duradero.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión