Fiesta en La Romareda

Cuatro años y cinco meses después de su descenso, el Real Zaragoza juega esta noche ante un equipo de Primera. Su rival copero de hoy, el Valencia, es el conjunto más en forma de España.

Los jugadores del Real Zaragoza, en el entrenamiento que realizaron ayer en la Ciudad Deportiva.
Los jugadores del Real Zaragoza, en el entrenamiento que realizaron ayer en la Ciudad Deportiva.
Guillermo Mestre

Cuatro años y casi cinco meses después, La Romareda verá esta noche a un equipo de Primera División. Simplemente desde la perspectiva temporal, la fiesta está más justificada que nunca para una afición que anhela la tierra prometida, ese territorio que históricamente le pertenece al Real Zaragoza. Ya nos sentimos todos de Primera en el precioso partido ante Osasuna de hace apenas nueve días. Hoy, mucho más, con tan egregio visitante, con este Valencia crecido con Marcelino García Toral en el banquillo. Todo un segundo clasificado de Primera División y probablemente el equipo más en forma del fútbol español en la actualidad. Ahí queda eso...

El tiempo, decíamos. Los más de cuatro años alejados de la élite, las ganas del aficionado por regresar, los esfuerzos del club por devolver al león rampante a las praderas de Primera. El tiempo también es factor. En apenas una semana, la producción de puntos obtenida ante Osasuna en casa ha sabido mucho mejor que la misma cantidad atrapada a domicilio en Sevilla. La sensación confirma el carácter cambiante y extremo con que nos tomamos las cosas que nos importan. Y el fútbol desde luego nos importa a la vera del Ebro.

El tiempo también constituye una variable esencial en la programación de la fiesta de esta noche ante el Valencia. En este caso, el escaso tiempo en que deberá disputar tres partidos el Real Zaragoza. A saber: el partidito que el sábado pasado nos reportó un puntito en Sevilla, la cita copera de hoy y el encuentro con tres puntos sobre la mesa del viernes ante la Leonesa. La plantilla del Zaragoza cuesta cinco millones. Aunque probablemente valga bastante más, pues no está mal confeccionada y Natxo González la está sabiendo estirar, esto es lo que hay. Y no hay más. Y enfrente hay un plantillón de 100 kilos, un aspirante a lo máximo. Todo equipo debe dosificarse para disputar tres partidos en una semana. Si su coste es de solo cinco kilos, mucho más. El Zaragoza ha honrado la Copa, ha superado dos eliminatorias ante el Granada y el Lugo, alcanzado la serie de dieciseisavos de final. Hoy se dejará la vida ante el Valencia, pero su prioridad está fijada para el viernes. El mismo Natxo lo reconoció ayer.

Después de anunciarlo en la tarde de ayer en su comparecencia, el técnico vasco ratificó sus palabras en la elaboración de la convocatoria. No entró Borja Iglesias, indicador diáfano de todo en el Zaragoza. Además, otros cuatro titulares en Sevilla se han quedado fuera: Mikel González, Verdasca, Ángel y Eguaras. Natxo rotará. Además, se intuye que rotará bastante, empezando por la portería, con la vuelta de Ratón a la gatera. Ayer anunció también el regreso de Benito tras su lesión. También, Grippo. Y por fin, Lasure. Hasta Zalaya puede jugar. Natxo ha probado con Valentín en el medio, aunque ha venido contando con él como central. Junto a Zapater y Raúl Guti, tres para dos puestos. En el trío de mediapuntas, Papu jugará a pierna cambiada por la derecha. Por la izquierda, Jorge Pombo quizá tenga otra oportunidad. Aunque la oportunidad de verdad será para Raí Nascimento y el exvalencianista Vinícius Araújo. Oportunidad para ellos y oportunidad para que por fin los vea La Romareda, el viejo campo que hoy divisará fútbol de Primera. Llega el Valencia, la gran revelación del fútbol español en el actual curso. El Zaragoza intentará con todas sus fuerzas estar a la altura del rival y de su historia. Habrá que volver a Mestalla en noviembre, pero la verdadera fiesta es esta noche en Zaragoza.

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