El Real Zaragoza no va a precipitarse ni a acometer con síntomas de prisas el fichaje del portero que está previsto en el nuevo diseño de su plantilla. Una vez se diluyó la posibilidad de contratar en propiedad a Alberto García, guardameta del Getafe, al que su presidente, Ángel Torres, solo ha permitido marcharse como cedido y al Rayo Vallecano, Lalo Arantegui y Natxo González replantearon de inmediato el asunto de cara a las proximas dos o tres semanas de la pretemporada.

De entrada, el Real Zaragoza entabló contacto con el Sevilla para negociar la posible contratación del portero José Antonio Caro, el titular del filial sevillista el pasado curso en Segunda División, que tiene el rol de tercer portero del primer equipo del Sánchez Pizjuán. Pero el matiz de que el club aragonés solo contempla el fichaje en propiedad del guardameta que venga hace difícil esta sugerida operación. Y, además, la dirección deportiva sevillista no tiene nada claro que sea conveniente para ellos desprenderse de Caro, con el que cuentan en principio para la campaña venidera en el primer equipo, bien como tercer especialista bajo palos o, incluso, como suplente si al final Soria –segundo de Sergio Rico, el titular– saliera del Sevilla (lo quiere el Levante). De entrada, Caro se encuentra desde hace unas horas en Japón a las órdenes de Berizzo en una minigira de los de Nervión por el país asiático. Todo un síntoma.

Ratón, días para reivindicarse

Mientras tanto, Lalo no tiene inconveniente en introducir este fichaje en vía lenta. La idiosincrasia del juego de un portero lo permite. El engranaje de quien viniera algo más tarde con el resto del equipo es, en el caso de un guardameta, más fácil y rápido que en cualquier otra posición.

Con Irureta y Alcolea trabajando con Natxo González a sabiendas de que no cuentan, la figura de Ratón se agrandará en los primeros amistosos de la pretemporada. El joven gallego podrá así sumar bonus en las evaluaciones del nuevo entrenador.