Milla sugiere a Juliá cambiar a Wilk por un medio diferente

El entrenador considera al polaco muy similar a Zapater, por lo que vería bien su permuta en la plantilla por un jugador distinto, si fuera posible.

Cezary Wilk, el pasado 18 de julio antes de subir al autobús que llevó al equipo hasta Boltaña para llevar a cabo la estadía pirenaica durante nueve días.
Cezary Wilk, el pasado 18 de julio antes de subir al autobús que llevó al equipo hasta Boltaña para llevar a cabo la estadía pirenaica durante nueve días.
Aránzazu Navarro

Luis Milla ha abierto una nueva vía de debate técnico con Narciso Juliá, el director deportivo del Real Zaragoza, con el polaco Cezary Wilk como protagonista. El entrenador considera que el medio centro que llegó el verano pasado del Deportivo de La Coruña es demasiado similar en sus prestaciones a Alberto Zapater. Y, en un diseño de plantilla con los elementos justos, donde la distribución de los papeles ha de estar hecha al milímetro, totalmente a la medida del cuadro técnico, Milla sugiere una posibilidad a desarrollar en los 27 días de mercado que restan: intentar cambiar a Wilk por otro centrocampista de otro perfil, más técnico, más organizador, más llegador al área rival.


El preparador turolense dejó esta opción abierta en su rueda de prensa posterior al partido jugado en el campo de Pinilla ante el Teruel. "Wilk es un jugador muy Zapater, eso es verdad", espetó de manera muy gráfica Milla. "Es una situación que habrá que comentarla, que hablarla, pero a partir de la dirección deportiva", apostilló textualmente para dejar abierta la cuestión en el tejado de Juliá de manera pública y notoria. 


Wilk no viajó en la expedición que jugó el partido ante el Teruel. Fue una decisión de Milla que sustenta sus manifestaciones de horas después. "Lo que está claro es una cosa: al final, tú tienes una plantilla y tú vas definiendo tus ideas; y, al final, vas priorizando con los jugadores", razonó para meter en contexto la ausencia del polaco en el amistoso ante el rival bajoaragonés.


El entrenador del Real Zaragoza, en su concepto de timón de juego, cree que con Zapater y Morán (fue quien llevó el mando en Teruel en ausencia del ejeano), más los apoyos de Javi Ros en momentos puntuales, es más que suficiente para cubrir esa faceta del juego en una plantilla que sobrepasará en muy poco las 20 unidades por motivos presupuestarios. La figura de Wilk, un futbolista que no juega un partido desde finales de octubre de 2015 -diez meses- tras romperse la rodilla en el partido de liga que jugó el curso anterior el equipo zaragocista en Girona, es prescindible en el reparto del vestuario para Milla. Por repetición de cromos. Y la composición de lugar que ha insinuado a la dirección deportiva dibuja un equipo mejor si el club es capaz de buscarle acomodo a Wilk en otro lugar y, en su sitio, puede llegar un centrocampista distinto.


Desde la noche de Teruel, el caso está exhibido en el escaparate. Es un nuevo plan a desarrollar por el área deportiva y el cuerpo técnico en los próximos días. Wilk tiene contrato en vigor y una ficha de nivel medio-alto dentro del grupo. De su postura personal ante este nuevo escenario depende en buena medida que este episodio concluya como desea Milla o, por el contrario, esa modificación en la línea medular en la plantilla se quede en nada y el correoso jugador de Varsovia siga dentro del equipo como, hasta ahora, parecía que iba a ocurrir.

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