"No sé por qué antes no nos sacaban rojas y ahora sí"

El centrocampista del Real Zaragoza no tiene una explicación lógica al aluvión de expulsiones que sufre el equipo en los dos últimos meses.

Extrañeza. Sorpresa. Falta de explicaciones consistentes. Esto es lo que se respira en el vestuario del Real Zaragoza en relación al llamativo repunte que, en los dos últimos meses de la competición, han tenido las expulsiones de futbolistas en las filas zaragocistas. El equipo aragonés, sin un motivo aparente ni un sustento evidente, ha pasado de ser uno de los más deportivos en el trofeo del Juego Limpio de la Liga durante los seis primeros meses del torneo a ser uno de los más castigados con las tarjetas rojas en los dos últimos.


"No sé por qué antes no y ahora sí nos expulsan con tanta facilidad. Mejor no pensar en esto. Son cosas que no podemos controlar. Así que la solución no sé cuál es", ha declarado Albert Dorca en relación a este serio problema que está afectando en demasía al Zaragoza en las últimos partidos. "Lo que es cierto es que nos estamos quedando con uno hombre menos en demasiadas ocasiones. Y eso penaliza y provoca un sobreesfuerzo que, a veces, como en Valladolid, puedes aguantar, pero otras veces no es posible y no ganas los tres puntos", puntualiza el centrocampista gerundense.


Las cifras son contundentes: de la jornada 1ª a la 25ª, el Real Zaragoza solo sufrió dos expulsiónes: la de Wilk ante el Osasuna en la 5ª fecha del torneo (anecdótica, pues fue en el minuto 90) y la de Ángel ante el Huesca, ya en la 19ª, en Año Nuevo, el día del debut de Carreras como entrenador tras relevar a Popovic. Un registro liviano y muy aceptable para un equipo estandar de la Segunda División. Todo correcto. Por el contrario, de la jornada 26ª a las 34ª, en las últimas nueve, el equipo blanquillo ha visto cuatro cartulinas rojas, algunas con manifiesta injusticia, como la de Cabrera en Pamplona (el TAD acabó derogando su sanción) y otras perniciosas y mediatizadoras en los marcadores finales, como la del propio Cabrera ante el Girona o la de Culio en Vitoria. La última, la de Pedro en Valladolid el pasado sábado, que afortunadamente ha sido la única que no ha repercutido negativamente en la consecución de un triunfo, se vio envuelta en la indignación zaragocista porque, minutos antes, el árbitro -el cántabro Cordero Vega- había perdonado hasta en tres ocasiones la segunda amarilla al central pucelano Marcelo Silva. La sensación fue de agravio, de menoscabo evidente.


"Habrá que intentar medir bien nuestra intensidad, pero está claro que las tarjetas no nos pueden afectar solo a nosotros. Y eso no es cuestión nuestra. Esperemos que lo que ahora nos han quitado nos lo den más adelante y los árbitros se porten un poco mejor", ha esgrimido Dorca con media sonrisa, mitad pícara, mitad de disimulo por el enfado que reina en la caseta zaragocista con este asunto. "No creo que sea ningún tipo de persecución, ni que se trate de algo premeditado. No tengo respuesta a esto. Simplemente, ha venido así y no creo que nos tengamos que preocupar porque esto venga de cosas que no tienen nada que ver con el fútbol", ha continuado en su análisis el veterano centrocampista catalán.


Dorca, al final, ha querido disolver esta cuestión para no elevarla a categoría de preocupante. "Hablamos de este asunto de las expulsiones, pero para intentar mejorarlo y que no se repita. No queremos centrarnos en esto más de lo debido", asegura.

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