Pedro Sánchez está abocado a ser sancionado por el Comité de Competición tras ser expulsado el sábado en Valladolid. El mediapunta del Real Zaragoza se marchó del campo tras ver dos amarillas en apenas 19 minutos, la primera en el 55 y la segunda en el 74, por sendas entradas que el árbitro consideró juego brusco. El cántabro Cordero Vega, sancionó ambas con tarjetas. Por lo tanto, de entrada, Pedro es baja en el próximo partido, que enfrentará a los aragoneses con el Alcorcón en La Romareda el próximo domingo a las 19.15. Pero el departamento jurídico del club blanquillo va a estudiar el caso en las próximas horas por si encuentra algún asidero por el que argumentar un recurso que solicite la anulación de alguna de las dos amonestaciones.

Para ello, como es habitual, es necesario recopilar todas las pruebas videográficas existentes sobre las dos acciones punibles. Y, posteriormente, cotejar este contenido con lo redactado en el acta por el colegiado santanderino. Cordero dice que la primera tarjeta es "por derribar a un contrario en la disputa del balón". Y, en la segunda, varía el matiz y explica que se la mostró por "golpear en la pierna de un contrario de manera temeraria en la disputa del balón". Si se aprecia alguna posibilidad de rebatir estas cuestiones, el Real Zaragoza intentará contar con Pedro ante el Alcorcon por la vía de las alegaciones y el recurso judicial. Si no es así, no habrá réplica.

En estos casos, de nada sirve esgrimir el diferente rasero que, en pocos minutos, utilizó Cordero Vega en uno y otro sentido. No es excusa ante los jueces de Competición que nadie entendiese que Marcelo Silva, el central del Valladolid (que tenía una amarilla desde el minuto 42), fuese perdonado hasta en tres ocasiones de ver la segunda por una serie de entradas precisamente sobre Pedro que el colegiado no vio merecedoras de tarjeta. Un tramo del partido que originó la indignación del equipo zaragocista (Carreras dijo luego con ironía en sala de prensa que su equipo "había jugado contra doce") y que, de manera llamativa -por lo que denuncia el gesto que se dio en el banquillo pucelano- también provocó la estupefacción del entrenador local, Miguel Ángel Portugal, que sustituyó a Silva de inmediato, al ver que no era expulsado increíblemente, para evitar males mayores. Ese cambio de Silva por Samuel en el minuto 57, sin venir a cuento, central por central, puso en evidencia al propio árbitro por su singular criterio disciplinario, que desequilibró de raíz cuando poco después echó a Pedro por mucho menos. Pero esto no es argumento válido para intentar anular una sanción propia.