Victoria providencial entre las dudas

?Un inusual doblete de Dorca, en sendas jugadas a balón parado, sirve para remontar al Mallorca y devuelve al Real Zaragoza a la senda del triunfo.

Imagen del encuentro entre el Real Zaragoza y el Mallorca en La Romareda.
Imagen del encuentro entre el Real Zaragoza y el Mallorca en La Romareda.
TonI Galán/ A Photo Agency

Provicencial triunfo del Real Zaragoza gracias a un inusual doblete de Dorca en sendas jugadas a balón parado, botadas ambas por Lanzarote. El equipo aragonés tuvo que remontar un 0-1 adverso, encajado nada más iniciarse el duelo, y sufrió tremendamente por su falta de confianza y de clarividencia con el balón en sus pies. De este modo, los de Carreras rompen con su mala racha de las últimas tres jornadas, se reencuentran con la victoria y vuelven a soñar con fundamento en alcanzar los puestos que dan opción a pugnar por el ascenso en junio.


Fue un partido feo, sin ritmo de juego, roto a falta de 25 minutos en un instante de locura en el que el árbitro expulsó al central balear Aveldaño y, como consecuencia de ello, se desencadenaron dos tarjetas rojas más para el banquillo de Fernando Vázquez. Tras dos minutos de lío y parón, a la salida de la falta lateral sobre el área visitante que quedaba pendiente, Dorca anotó el 2-1 que acabaría siendo definitivo. En ese tramo de descontrol, también se produjeron tres cambios, dos en el Zaragoza y uno en el cuadro mallorquín por la lesión de su lateral Company, hecho que acompañado de la roja Aveldaño, dejó al rival zaragocista con su defensa totalmente desmontada, con el delantero Lago Junior jugando como carrilero derecho.


Comenzó mal el partido el Real Zaragoza, como ya es un hábito en La Romareda últimamente. Descentrado el equipo, sin engranar bien con el 4-2-3-1 que dispuso Carreras en la pizarra (similar al puesto en escena la semana anterior en Elche), fue el Mallorca el que se hizo con el timón del juego desde el primer minuto. El balón lo perdía enseguida el cuadro aragonés, que además no recuperaba ni una sola segunda jugada.


En ese embarullado arranque, los baleares encontraron enseguida el premio. Arana, la gran sorpresa en el once inicial de Vázquez, marcó el 0-1 en el minuto 10 con un derechazo por alto dentro del área que Manu Herrera ni olió. Fue una jugada a la espalda de Abraham, en una buena subida al ataque del lateral Company y un mal repliegue de la zona defensiva y del medio campo zaragocista.


Ortuño amagó peligro en varias acciones que, por fortuna para los aragoneses, nunca remató convenientemente. Entre tanto, el Zaragoza solo llegaba al área del alemán Wellwnreuther a balón parado. En combinaciones, resultó imposible por la falta de tino de Dorca, Ros, un alborotado Sergio Gil (en posición de media punta) y los obturados extremos, Hinestroza y Lanzarote. El colombiano remató alto un centro de Lanzarote en una falta lateral. Lo mismo hizo Guitián minutos después. A la tercera, la asistencia en estrategia de Lanza fue el gol del empate. Dorca, en el minuto 34, cabeceó picado y superó al portero bermellón, llevando las tablas al marcador para alivio de la nerviosa afición, que pitaba al equipo en algunas acciones de poca precisión en los pases.


A balón corrido, solo hubo dos jugadas dignas de mención. Un disparo de Ángel de rosca desde fuera del área que se fue alto por poco y una llegada de Gil ante el guardameta balear que no acabó bien por el defectuoso control final del joven zaragozano, que vivió una mañana llena de desaciertos hasta ser sustituido.


El intermedio vino bien al Zaragoza. Carreras debía reconducir al equipo y buscar mejores conexiones en el sistema táctico. El Mallorca, sin hacer nada del otro mundo, había sido más consistente en los primeros 45 minutos y se sentía cómodo en el campo.


Tampoco comenzó bien el segundo periodo el bloque de Carreras. Sin calma en los pases, le resultó imposible llegar al área de los isleños con síntomas de peligro. El primer cuarto de hora de la reanudación fue inerte por completo, con un Mallorca conservador y cómodo con el empate que regía en el marcador. Todo fue así hasta que surgió el ataque de locura ya referido y que acabó con el 2-1 favorable para los zaragocistas y con el cuadro balear en inferioridad numérica.


De ahí en adelante, ya con el renqueante Culio en el campo (cojeó ostensiblemente durante el juego) y con Vallejo reaparecido –sustituyeron de golpe a Gil y Abraham-, el Zaragoza se dedicó a especular con la pelota más que a buscar el tercer tanto, el de la tranquilidad. Solo el balón parado, con un brillante y fino Lanzarote en los centros, provocaría una nueva opción ante la portería de Wellenreuther en un córner que cabeceó alto Vallejo por muy poco.


Y los visitantes, con más corazón que acierto, buscaron lanzar balones al área zaragocista por si sonaba la flauta y surgía una ocasión para hacer el 2-2. Y, ante la pasividad de los de Carreras, ese momento llegó. Era el minuto 93, ya en los estertores del encuentro, y Arana cabeceó a bocajarro, con todo a favor, por encima del larguero una jugada en la que ya Damiá y Colunga podían haber marcado dentro del área.


Ese yerro balear evitó el disgusto final del zaragocismo y, seguramente, una bronca monumental del nervioso graderío, que celebró segundos después un triunfo que recompone las aspiraciones del Real Zaragoza de cara a las últimas nueve jornadas de liga que restan.

Ficha Técnica


Real Zaragoza: Manu Herrera; Isaac, Guitián, Rico, Abraham (Vallejo, 65); Dorca, Javi Ros; Lanzarote (Pedro, 87), Sergio Gil (Culio, 65), Hinestroza; y Ángel.


R. Mallorca: Wellenreuther; Company (Campabadal, 65), Aveldaño, Yuste (Kasim Adams, 36), Joan Oriol; Sissoko, Damiá; Arana, Pereira; Colunga y Ortuño (Lago Junior, 65).


Árbitro: Pizarro Gómez (Comité Madrileño). Expulsó por doble amarilla a Aveldaño (62 y 63) y por roja directa a Yuste (64, en el banquillo ya sustituido) y a un asistente del Mallorca. Amonestó a Pereira (27), Joan Oriol (59), Kasim Adams (66), Javi Ros (76) y Lago Junior (77).


Goles: 0-1, min. 10: Arana. 1-1, min. 34: Dorca. 2-1, min. 66: Dorca.


Incidencias: Mañana fresca, con 14 grados, viento y cielo nublado. Llovió al final del partido. Césped en perfectas condiciones. En las gradas, alrededor de 16.000 espectadores.

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