​Jaime, la primera secuela muscular de su grave lesión de rodilla

El extremo, que llevaba tres semanas entrenándose con el grupo, sufre una rotura de fibras en el muslo derecho fruto de sus primeros esfuerzos

Jaime Romero celebra un gol con el Real Zaragoza, la pasada campaña
Jaime Romero celebra un gol con el Real Zaragoza, la pasada campaña
O. Duch

Tal y como dicta la experiencia médica el largo y tortuoso proceso de recuperación de una grave lesión de rodilla, el futbolista del Real Zaragoza Jaime Romero ha sufrido la primera secuela muscular tras seis meses de trabajos intensos de rehabilitación de la rotura de la articulación derecha que se produjo en octubre. Después de tres semanas de entrenamientos con el resto del grupo, Jaime no ha aparecido esta mañana en la Ciudad Deportiva. En la sesión del jueves, el albaceteño sintió un pinchazo en la zona dañada y los médicos lo han sometido a una resonancia magnética nuclear que ha revelado la previsible rotura fibrilar de grado 1 (la más leve) en los músculos isquiotibiales del muslo derecho.


Jaime ha experimentado, hasta ahora, una magnífica recomposición de la rodilla lesionada. Se ha catalogado de extraordinaria la celeridad con la que ha ido cumpliendo los plazos. De hecho, resultó llamativo que, tras padecer un severo estallido de la rodilla a principios de octubre en el partido contra el Alavés en La Romareda (se rompió el ligamento cruzado anterior, el menisco externo y tuvo un esguince de grado 2 en el ligamento colateral interno), solo invirtiera cinco meses y medio en volver a emprender ejercicios con balón y de cierta exigencia física con el resto de la plantilla sobre el césped de la Ciudad Deportiva. Las ganas del futbolista por llegar a jugar algún partido antes de que concluya esta temporada han llevado a considerar, incluso, la posibilidad de que entrase pronto en las citaciones de Carreras, algo que los médicos presumían algo tan improbable como desaconsejable.


Esta rotura muscular entra dentro de las previsiones en estos casos de lesiones de larga duración. Cuando un futbolista deja la rutina de la competición y debe centrar su trabajo físico en recuperar una parte tan importante como la rodilla de una de sus piernas, se produce una irremediable descompensación de esfuerzos que acaba desembocando en problemas musculares en otras zonas anejas. Es el caso que concurre con Jaime que, además, en situación ordinaria, ya es un deportista proclive a sufrir este tipo de rasgados en su musculatura del tren inferior por su condición de atleta explosivo, un velocista con una gran masa fibrosa en los muslos. Ahora, su riesgo es todavía mayor por motivos obvios.


De este modo, Jaime ve interrumpido su ritmo de recuperación y deberá estar al menos dos semanas de reposo hasta que cicatrice la rotura fibrilar en su pierna diestra. Y, a partir de ahí, reanudar el procedimiento que afecta directamente al robustecimiento de la rodilla operada. Por lo tanto, tras este percance, tendrá que trabajar a solas de nuevo alrededor de un mes.


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