Primera opción versus última

Vázquez fue durante semanas el principal candidato para sustituir a Popovic. Al final, fue Carreras. Ambos, viejos conocidos, se enfrentan en La Romareda

Imagen retrospectiva de 1999. Fernando Vázquez, entonces entrenador del Real Mallorca en Primera División, charla afablemente con Lluís Carreras, uno de sus jugadores en la plantilla bermellona, durante un entrenamiento en la Ciudad Deportiva de Son Bibiloni, en Palma.
Primera opción versus opción última
Diario de Mallorca

Este domingo, la foto de los banquillos de La Romareda va a resultar históricamente curiosa. En el mallorquín estará quien durante mucho tiempo durante esta liga se esperaba que estuviese en el del Zaragoza si a Popovic no le iban las cosas rodadas: Fernando Vázquez. Y en el zaragocista se sentará un inesperado inquilino cuando al serbio se le dio el finiquito en Navidad. Un protagonista que, además, entrenó al Mallorca hace dos temporadas, jugó en el club balear durante otras cinco con anterioridad, en una de las cuales, fue pupilo justamente del propio Vázquez: Lluís Carreras. Una trama de novela. Un libreto lleno de carambolas que va a escenificar este fin de semana en La Romareda un capítulo novedoso y singular con dos protagonistas cuyos destinos vienen unidos desde hace dos décadas a modo de pespuntes en zigzag.


?Fernándo Vázquez vuelve a La Romareda casi tres años después (estuvo la última vez con el Deportivo). Lo hará al frente del Mallorca, al que entrena desde el 18 de enero cuando relevó en el cargo a Pepe Gálvez, sustituto a su vez poco antes de Chapi Ferrer. El veterano técnico gallego (61 años) estuvo a punto de ser zaragocista hasta en dos ocasiones durante esta misma temporada. Una, cuando la primera crisis de resultados, tras las primeras cinco jornadas -con dos derrotas consecutivas en La Romareda por 0-1 ante Córdoba y Osasuna- hicieron mover ficha al entonces director deportivo, Ángel Martín González por si el Zaragoza caía en Lugo de mala manera y había que destituir a Ranko Popovic prematuramente. La otra, hace solo tres meses cuando, de manera definitiva, el entrenador balcánico dejó la dirección del vestuario aragonés.


Vázquez siempre fue el favorito para sustituir al serbio. Desde que, en septiembre, rechazó al Almería -tras haber viajado incluso allí para cerrar su fichaje cuando los andaluces despidieron a Sergi Barjuán al poco de iniciarse la liga- trascendió que el preparador coruñés estaba en la órbita del Real Zaragoza, a la espera de su momento. Hubo varios contactos extemporáneos a modo de tanteos. Pero llegó la hora de la verdad, el día del adiós de Popovic tras la derrota en Tarragona el 19 de diciembre. Y el esperado fichaje de Fernando Vázquez por el Zaragoza descarriló. La salida de la mano de Popovic de Ángel Martín González y el consiguiente aterrizaje, súbito y fuera de cualquier previsión, a la dirección deportiva blanquilla de Narciso Juliá y Albert Valentín, modificaron el guión de raíz.


Hubo una semana de ínterin nervioso. La opción Vázquez se difuminó en pocas horas. Saltó a escena Caparrós, cuyo caché y exigencias lo evaporaron enseguida. Se ofreció a JIM (Juan Ignacio Martínez), que chirríaba en varios aspectos. Hubo 48 horas en las que el banquillo del Zaragoza era un hervidero de ofertas, análisis y perfiles pasados por cien tamices. Al final, cuando las vacaciones de Navidad se agotaban y el equipo iba ya a regresar, Juliá anunció a Lluís Carreras. Una opción postrera. Palabra que declina de postre, el último plato. Urgía definir el nuevo inquilino del vital puesto de entrenador y el abanico de posibilidades, en los parámetros económicos y circunstancias puntuales que vivía el Real Zaragoza, se había reducido considerablemente.


Vázquez, totalmente liberado de su vínculo tácito con el Zaragoza, tardó solo dos semanas en encontrar acomodo. Con anterioridad, en cada destitución que había en la categoría, siempre era una carta a jugar en todos los clubes, que recibieron su no por respuesta. Esperó al equipo aragonés y, contra pronóstico, no ganó la baza. La siguiente que le tiraron a la mesa, la del Mallorca, la cogió al vuelo. Y, desde mitad de enero, se sabía que este Real Zaragoza-Real Mallorca de este domingo en La Romareda iba a tener este morbo.


Un morbo que aporta más grados de interés por el pasado común de Vázquez y Carreras. El actual entrenador zaragocista fue pupilo de su ahora adversario de banquillo precisamente en el vestuario del Mallorca. Vázquez tuvo una primera etapa como máximo responsable técnico de los mallorquines, en Primera División: entre 1999 y 2000. Breve espacio en el que coincidió con una de las campañas en las que Carreras fue jugador bermellón, su cuarto año en la isla. Lluís jugó en 21 partidos de aquella campaña, como lateral zurdo o medio centro, 13 de ellos como titular. El Mallorca, ese año, jugaba competición europea: ante el Sigma Olomouc, Teplice, Ajax Amsterdam, Monaco, Galatasaray... Carreras, que anotó tres tantos, dio un buen rendimiento a Vázquez en un año denso y lleno de partidos, rotaciones y exigencias. Su vínculo dejó un buen paladar en líneas generales.


Este domingo, en La Romareda, volverán a fluir todos estos lazos que hilvanan las trayectorias de los dos entrenadores que van a dar forma a un crucial partido entre zaragocistas y mallorquines. Una cita llena de salsa y valores añadidos, tanto por lo que viene de lejos, de aquellos tiempos del cambio de siglo, como por lo que sucedió con ambos en el Zaragoza hace apenas un trimestre.


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