Lesión sorpresa de Cabrera

El uruguayo vuelve a romperse, esta vez el muslo derecho, apenas siete días después de salir de otra dolencia muscular. Su baja puede ser larga

Leandro Cabrera, cabizbajo, se marcha del campo expulsado en el minuto 27 en el último partido ante el Girona.
Leandro Cabrera, cabizbajo, se marcha del campo expulsado en el minuto 27 en el último partido ante el Girona.
Oliver Duch

Sorpresa mayúscula. Leandro Cabrera, según un parte médico oficial emitido por el Real Zaragoza, vuelve a estar lesionado, esta vez con una rotura fibrilar en el cuádriceps, músculo de la parte anterior del muslo derecho. Un daño que aparece desde la puerta cerrada con la que viene trabajando el equipo desde hace cuatro meses, dado que en ningún momento se ha podido apreciar la forma en la que le ha sobrevenido una dolencia que puede tenerlo ausente al menos tres semanas dada la singularidad del paquete muscular afectado.


El uruguayo se marchó expulsado del último partido ante el Girona en el minuto 27, tras una durísima entrada sobre Eloi Amagat en el centro del campo y, en principio, nada anormal le sucedió sobre el césped de La Romareda en ese corto espacio de tiempo. Posteriormente, Cabrera acudió el lunes a la Ciudad Deportiva, con el resto del equipo, para tomar parte de la suave sesión de tonificación pos partido, en la que la exigencia física es la más leve de toda la semana para quienes toman parte en el choque de las horas previas, como fue el caso. Este es el espacio temporal en el que Cabrera ha sufrido esta nueva dolencia muscular que, al margen de la sanción que reciba este miércoles desde el Comité de Competición por la roja que le mostró el árbitro ante el Girona, lo va a volver a tener fuera del equipo varias semanas.


Esto es así porque, precisamente, Lele Cabrera regresaba el domingo ante los gerundenses de dos jornadas de ausencia como consecuencia de otra lesión muscular diferente, que afectó a la zona inguinal: una "entesopatía insercional en el aductor de la pierna izquierda", que lo dejó en la grada ante el Albacete e impidió que viajase a Tenerife. Su reaparición ha sido breve. Apenas 27 minutos. Primero su expulsión y ahora esta inesperada lesión, convierten al charrúa en un jugador que va a tener una participación mínima en los partidos de, al menos, dos meses cruciales de competición.

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