El Real Zaragoza, con el 0-0 logrado en Tenerife, acumula cinco jornadas instalado en el rendimiento de la ´media inglesa', histórica teoría nacida en la Inglaterra de principios del siglo XX que asegura que, en un torneo de liga, si se gana el 75% de los puntos, el campeonato está asegurado. Esta ancestral tesis quedó modificada ligeramente cuando a la victoria se le dio el valor de tres puntos en vez de dos, circunstancia que en España se aplicó a partir de la temporada 1995-96. La idea inicial estaba pensada con la base puesta en el anterior modo de rentabilizar los resultados y rezaba que, ganando todos los partidos de casa (el 50% de puntos de todo el torneo) y empatando los de fuera (el 25%), o su equivalente, el éxito estaba prácticamente asegurado. Era una línea luminosa a seguir en busca de una regularidad, que debía tener cintura y oscilaciones si llegaba alguna derrota puntual o alguna pérdida de puntos como local. Entonces, el equipo en cuestión debía ser capaz de buscar reequilibrios posteriores con resultados compensatorios (más triunfos como visitante).

Pese a ese cambio de réditos de los triunfos a mediados de los noventa, la media inglesa sigue rigiendo como libreto exitoso en los planes de todos los equipos. Y el Zaragoza se ha metido de lleno en sus coordenadas desde que empató 1-1 en Pamplona. A continuación, ganó 3-1 al Lugo como local. Después, volvió a empatar fuera en Vitoria, 0-0. Derrotó 1-0 en casa al Albacete. Y, en la última cita, volvió a igualar a domicilio, 0-0 en Tenerife. Media inglesa pura y dura. Clavada. Y mejorada y aliviada por las dos jornadas que preceden a su activación, en las que los de Carreras ganaron consecutivamente, en casa al Leganés 1-0, y fuera al Córdoba 0-2.

A solo 12 jornadas para el final de la liga (seis en La Romareda y seis lejos de casa), con 46 puntos y ubicado en la 5º posición en la tabla, surge la pregunta en la antesala de este tramo corto y decisivo de la competición. ¿Le daría de sí al Real Zaragoza seguir al dedillo la media inglesa para ascender directamente a Primera División, es decir, como primero o segundo clasificado?

Nada hay científicamente asegurado a estas alturas y, menos, con el formato de máxima igualdad entre tantos equipos como se ha dado en este curso 2015-16. Pero sí se puede establecer una proyección y calibrar unos mínimos de exigencia. De entrada, es necesario cuantificar la renta exacta que proporcionaría la media inglesa de aquí al final de la liga. El Real Zaragoza llega a las 12 últimas jornadas, con esos 46 puntos ya escriturados a su favor en los primeros siete meses del torneo. Ganar los seis partidos en La Romareda (al Girona, Mallorca, Alcorcón, Bilbao Athletic, Nástic de Tarragona y Oviedo) daría 18 puntos más. Y empatar los seis de fuera (Elche, Valladolid, Ponferradina, Numancia, Huesca y Llagostera), otros 6 más. Es decir, la media inglesa ofrece un interés de 24 puntos más que los actuales, lo que haría acabar al Real Zaragoza con 70.

Este doble dígito, 70, se aprecia como una cota mínima imprescindible para aspirar de lleno a subir este año a Primera. Las hechuras de la liga, a estas alturas, se parecen mucho a la de hace dos campañas, cuando ascendieron directamente el Eibar, campeón con 71, y el Deportivo de La Coruña, subcampeón con 69. Por ahí parece que puede desembocar este año la pelea de la cabeza. A partir de este norte, el Zaragoza ya puede baremar sus esfuerzos: como es obligado asegurar todo lo de casa, todos los puntos que se puedan perder en La Romareda en los seis duelos que faltan por jugarse habrán de ser compensados por encima de los seis puntos que, como mínimo, está en la obligación de sumar en sus seis desplazamientos. Solo así le cuadrarán las cuentas.

Para establecer la dificultad de la encomienda, un ejercicio de retrospectiva aclara la hondura del reto que tiene ante sí el Zaragoza. Hasta ahora, los blanquillos han ganado 46 puntos en 30 partidos. Y la media inglesa, para garantizar llegar a los 70, les insta a sumar 24 en 12 jornadas. Es decir, deben acumular más de la mitad de los que han sido capaces de adicionar en 30 jornadas en casi la tercera parte de los choques que han utilizado para ello. El grado de solvencia del equipo ha de ser sobresaliente y, por ende, el margen de error está reducido a la mínima expresión: para estar en la equivalencia de la media inglesa, el Real Zaragoza solo podría perder (dejar de sumar) 12 de los puntos que restan por disputarse de aquí al final en junio. 

Este no es un trazado infalible. Se podrían alcanzar los 70 puntos y que, al final, hubiese dos equipos mejores. Pero sirve como guión referencial de lo que, como mínimo y por aproximación, el Real Zaragoza debe cumplimentar en los próximos dos meses y medio para subir a Primera por la vía rápida. Y, como derivada inmediata y a estudiar en todos los ámbitos, los seis partidos de La Romareda se convierten en seis finales de la máxima competición posible. De ahí no puede escaparse ni un punto en lo sucesivo.