Números para soñar

Los 19 puntos sumados en las diez primeras jornadas ligueras suponen el mejor registro en los últimos cuatro pasos por Segunda, mejorando los de los ascensos con Flores y Marcelino

Borja Gastón marcó el gol dicisivo ante el Alcorcón, sumando 3 puntos en la clasificación.
Números para soñar
Enrique Cidoncha

Después de disputadas las 10 primeras jornadas de liga, los 19 puntos que hoy suma el Real Zaragoza suponen el mejor registro de los últimos cuatro episodios precedentes en Segunda División a estas alturas del torneo.


El actual equipo de Víctor Muñoz supera las cotas que alcanzaron en su día los de Paco Flores, que tenía 18 puntos en la temporada 2002-03, y Marcelino García Toral, que logró 17 en la campaña 2008-09. Es accesorio recordar que, en estos dos casos, el Real Zaragoza acabó ascendiendo a Primera División al término de las 42 jornadas del torneo. Por supuesto, las cifras de hoy también son mejores que las registradas el año pasado por el bloque de Paco Herrera, que en estas fechas había adicionado 15 puntos (4 menos).


Curiosamente, pese a que estos 19 puntos del momento presente son la cota más alta alcanzada por el Real Zaragoza en sus últimos cuatro pasos por Segunda, no derivan en la mejor clasificación parcial. Al grupo de Muñoz esta cosecha le da para ocupar la 5ª posición en la tabla, mientras que el de Marcelino, en 2008, con dos puntos menos (17), estaba instalado en la 3ª plaza. Se trata, en cualquier caso, de una cuestión coyuntural, provocada por el modo de repartirse los puntos entre los otros 21 equipos de la división en este primer cuarto de la competición.


Ese dato comparativo relativo a la puntuación, de trascendencia mayor, permite establecer ya un estado de máxima esperanza dentro del zaragocismo. Sin duda alguna, camino de consumir ya el 25 por ciento de los duelos ligueros, el equipo transita por unas coordenadas correctas, suficientes para pensar que el objetivo supremo del ascenso a la élite en junio es posible. Pero hay otros detalles que apuntalan la tesis con más énfasis.


El principal, que este Zaragoza de 2014 es el único de los recientes en Segunda que solo ha perdido un partido tras diez jornadas. El de Paco Flores cayó derrotado en este trecho en dos ocasiones. El de Marcelino, pese a ir 3º, ya había caído en tres encuentros. Y el año pasado, con Paco Herrera, también se había fracasado en tres de los diez primeros envites.


El Zaragoza de nuestros días ha ganado la mitad de los partidos que ha dirimido (5), exactamente lo mismo que hicieron los últimos equipos blanquillos que lograron ascender directamente a Primera, en 2003 y 2009. Este es, inequívocamente, otro parámetro que confirma la ilusionante trayectoria que está dibujando en el torneo de este año el plantel de Muñoz.


Y, en cuanto a goles anotados hace referencia, solo el potentado equipo de Marcelino, el de hace seis años con Ewerthon y Oliveira como megaestrellas de la división de plata (hoy algo totalmente imposible de ver por el férreo control económico instaurado a través de la Liga de Fútbol Profesional) supera el récord de 15 dianas que presenta la actual delantera abanderada por Borja Bastón. Aquellos dos brasileños, al frente de un equipo desproporcionadamente caro con puntas como Arizmendi, Jorge López o Caffa, ya habían colaborado a anotar 20 (5 más que ahora).


Sin embargo, ni el Zaragoza de Flores ni el de Herrera mejoran la cifra goleadora de hoy en día. El primero, en 2002, con Yordi como referencia, solo llevaba 12 tantos. El del año pasado, donde Roger, Henríquez y Víctor Rodríguez intentaban paliar la ausencia de un goleador referencial puro, se quedó en 14 en las diez primeras citas.


Por encima de todos estos hitos, que ayudan a establecer en el libro de ruta zaragocista una proyección optimista sobre el rumbo a seguir para acabar en Primera dentro de siete meses, prevalecen las sensaciones que emite el equipo sobre el césped. Ninguno de sus tres precedentes estableció en este arranque liguero la cadena de siete partidos seguidos sin perder. Una dinámica sobresaliente que invita a soñar a largo plazo. Para ello, es necesario lograr una regularidad. La que sí se dio al final con Flores y Marcelino y que, a Herrera, García Pitarch le reventó en febrero cuando iba en cuarta posición.