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Lunin, el parapenaltis silencioso y héroe inesperado del Real Madrid que se casó en chándal

11 paradas ante el avasallador Manchester City, dos en los lanzamientos de penalti, encumbran al guardameta ucraniano, que ha sabido esperar su momento para acaparar todos los focos.

Lunin detiene un penalti en los cuartos de final de la Champions frente al Manchester City.
Lunin detiene un penalti en los cuartos de final de la Champions frente al Manchester City.
Reuters/Jason Cairnduff

Paró dos penaltis decisivos con la misma personalidad y tranquilidad con la que acudió a casarse con su novia de toda la vida, la influencer Anastasia Tamazova, en chándal y con zapatillas de deporte. Andriy Lunin, que no sonríe ni cuando se atrevió a fotografiarse ataviado con la citada prenda, no iba a mostrarse menos frío cuando tuvo delante a Bernardo Silva en el Etihad

El ucraniano, viral cuando se arrodilló pidiendo matrimonio, en el centro del campo del Estadio José Zorrilla de Valladolid, volvió a revolucionar las redes sociales tras vestirse de héroe ante los de Pep Guardiola para facilitar el acceso a las semifinales de la Liga de Campeones al Real Madrid. Once paradas entre los tres palos y dos en los lanzamientos decisivos en una tanda con mucha historia, que encumbraron a un guardameta que ha sabido esperar su momento para acaparar todos los focos.

El joven de 25 años, frío como el hielo, y que en su carrera había parado ocho penas máximas de diecisiete, solo había pasado por una tanda en España, contra el Marbella en Copa 2020 cuando estaba jugando en el Valladolid, club en el que estuvo cedido de la misma forma que en el Leganés y Oviedo tras llegar a Madrid en 2018 procedente del Zorya.

El club blanco lo compró por 8,5 millones cuando solo tenía 19 años dentro de un plan de captación de talento joven con el que construir un equipo de futuro. No obstante, la contratación de Thibaut Courtois hizo que comenzara un proceso de cesiones a distintos clubes hasta los de Chamartín lo incorporaron a su primera plantilla en verano de 2020.

En Leganés cuentan que iba a entrenarse hasta los días de fiesta, y en Oviedo, según cuentan medios asturianos, vivía en Lugo de Llanera, una pequeña localidad de 3.000 habitantes en la que se crió Santi Cazorla. En Leganés le cerró la puerta de la titularidad Pichu Cuéllar, de la misma forma que Jordi Masip en el Real Valladolid. 

«Tiene calidad suficiente para luchar por un puesto con Courtois. Seguramente sea el mejor portero joven de Europa. Creo que estará muchos años en el Madrid», apuntó en su día la leyenda ucraniana Andriy Shevchenko, hoy presidente de la Asociación Ucraniana de Fútbol.

No le faltó razón al que en su día fue Balón de Oro, aunque al cancerbero de Krasnohrad le llegó la oportunidad en uno de los momentos más sensibles de su vida, tras varios años en la sombra del belga y cuando las tropas de Vladimir Putin asedian su país. El ucraniano mantiene familia allí y sigue pendiente de toda la ayuda que pueda ofrecer.

Cuando Courtois se lesionó el pasado mes de agosto, pocos confiaron en que el internacional por Ucrania alcanzase el rendimiento actual. Pese a jugar el primer partido de Liga en San Mamés, el club fichó a Kepa Arrizabalaga procedente del Chelsea, y Carlos Ancelotti otorgó galones de titular al internacional español. Tras algunos errores y una alternancia inicial, una lesión del vasco antes de medirse al Braga, puso la portería en bandeja al ahora héroe inesperado ante el todopoderoso City de Guardiola.

Calmado hasta el abismo, el portero vivió en Leipzig su primera gran noche en Europa a mediados de febrero, en su estreno en una eliminatoria de la Liga de Campeones, en la que acabó el duelo ante los alemanes con nueve paradas, algo que no lograba ningún portero del Madrid desde Courtois en la final de la Liga de Campeones ante el Liverpool en 2022. 

Se hizo con el puesto en el triunfo de la final de la Supercopa de España ante el Barcelona, y ha sido trascendental en una liga que deben abrochar los blancos en las próximas fechas, donde ha recibido solo once goles y mantenido la portería a cero en diez ocasiones en los 1710 minutos jugados.

Su andadura no ha sido fácil. Siempre en la sombra y sin una mala cara. No ha dicho una palabra más alta que otra que pudiera romper el buen grupo que hay en el vestuario del conjunto blanco. «El trabajo siempre tiene recompensa. En el Madrid nada es fácil. Yo trabajo, sin hablar mucho e intento aprovechar cada oportunidad. Espero acabar bien la temporada y luego hablaremos de papeles», dijo el portero, que termina contrato con el Madrid en 2025 y tendrá varios pretendientes.

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