Los casos Negreira y Rubiales, dos grandes manchas que oscurecen el fútbol español

Los escándalos, bajo investigación judicial, enfangaron un ejercicio histórico por el oro de las mujeres y la concesión del Mundial 2030.

Luis Rubiales
Luis Rubiales
Title AP

15 de febrero y 20 de agosto de 2023, dos fechas marcadas para siempre en el fútbol español. El estallido primero del 'caso Negreira', todavía sin sanciones deportivas pero bajo investigación judicial que afecta a todos los presidentes vivos del club azulgrana, y el terremoto provocado en pleno verano por Luis Rubiales con sus actitudes machistas y soeces durante la celebración del histórico título mundial de la selección femenina en Sídney, dejaron por los suelos la imagen en el exterior del balompié patrio en un ejercicio de enormes contrastes.

Rubiales emborronó el éxito sin precedentes de las chicas de oro y, aunque se resistió, tuvo que acabar dimitiendo ante las presiones internas y externas. Primero, se aferró al cargo con un sorprendente discurso en el que atacó al "falso feminismo" y dijo sufrir "asesinato social", pero su forzado adiós fue clave para que el 4 de octubre la FIFA, tras la renuncia de Arabia Saudí, concediese la corganización del Mundial de 2030 a España, que no vivirá ya solo del recuerdo de Naranjito y y el fracaso de la selección de José Emilio Santamaría en ese Mundial de 1982, en plena transición democrática.

Por primera vez, el mayor acontecimiento deportivo, junto a los Juegos Olímpicos, tendrá lugar en tres continentes y seis países distintos: España, Portugal y Marruecos como organizadores principales, pero también Uruguay, Argentina y Paraguay en los primeros partidos de sus selecciones. Decisión salomónica de la FIFA y un guiño al centenario de la primera Copa del Mundo, conquistada por la selección charrúa en Montevideo.

En el segundo mes del año, con la afición pendiente del desarrollo de una Liga con acento catalán y del regreso de la Champions tras el parón invernal, de repente trascendió un escándalo de posible corrupción deportiva sin precedentes, lo que ya es mucho decir. Se supo que a Agencia Tributaria investiga los pagos por un montante global de 7,6 millones de euros realizados por el Barcelona a José María Enríquez Negreira, excolegiado y vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, entre 1994 y 2008.

'Informes' desorbitados

Una cantidad satisfecha, según los dirigentes y exmandatarios culés, para abonar informes de los trencillas que le correspondían en suerte al club azulgrana y labores de asesoramiento. La investigación surgió por irregularidades en el IVA e IRPF de los ejercicios 2015, 2016, 2017 y 2018 del Barça y tras las curiosas explicaciones de Negreira, quien declaró en Hacienda que el Barça le pagaba para asegurarse arbitrajes "neutrales", que no le perjudicasen en el terreno de juego.

El juez Joaquín Aguirre imputó al Barça y también a Enríquez Negreira y su hijo, Javier, y a los expresidentes azulgranas Josep María Bartomeu y Sandro Rosell, amén de los exdirectivos Óscar Grau y Albert Soler. Más tarde, extendió también la condición de investigado a Joan Laporta, actual presidente del Barça, y los directivos en su primer mandato. Se les acusa de delito continuado de cohecho, corrupción deportiva, administración desleal y falsedad en documento mercantil. Según las pesquisas, el hijo de Negreira, Javier, facturaba al Barça a través de la empresa Tresep, propiedad del exdirectivo culé Josep Contreras Arjona (ya fallecido), que a cambio obtenía una comisión que podía llegar al 50% del importe.

"Al tratarse de delitos relacionados con la corrupción de especial trascendencia", el fiscal general del Estado encargó el caso a la Fiscalía Anticorrupción. Además, la juez admitió la querella del exárbitro catalán Xavier Estrada Fernández contra Enríquez Negreira y su hijo por corrupción deportiva. También la denuncia de la Fiscalía contra el expresidente del CTA, el Barça, Bartomeu, Rosell, Grau y Soler. En el caso del expresidente Joan Gaspart, la Fiscalía pidió su declaración como testigo, igual que los exentrenadores azulgranas Luis Enrique (2014-2017) y Ernesto Valverde (2017-2020).

Caída a los infiernos

"Con estas cosas se van a cargar el Mundial 2030", lanzó, por su parte, Rubiales, en tono amenazante, cuando estallaron sus primeros escándalos, entonces relacionados con el traslado de la Supercopa de España a Arabia Saudí y la negociación de las comisiones de una operación de enorme envergadura. El mandamás del fútbol español se veía muy seguro con este Gobierno mientras el CSD acumulaba denuncias contra él que nunca trasladaba ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo, único organismo que podía encauzar la inhabilitación de 'Rubi'.

El amigo de Geri (Gerard Piqué) tiró el poco prestigio que le quedaba con su actitud visceral y machista mostrada en una final en la que debía ser el embajador de España. Con una secuencia de errores groseros, Rubiales se metió metió un laberinto sin escapatoria. Su gesto obsceno en el palco, tocándose los genitales en presencia de la reina Letizia y la infanta Sofía, todavía menor de edad, el 'pico' robado a Jenni Hermoso y levantar a Athenea del Castillo como si fuera un saco de patatas son imágenes que dieron la vuelta al mundo. Luego, sus declaraciones restando importancia a todo y la disculpa forzada y poco sincera a través de un vídeo grabado durante la escala en el aeropuerto de Doha de regreso a Madrid. Para colmo, sus intentos baldíos de convencer a Jenni Hermoso para que apareciera en el vídeo junto a él por su bien y el de sus tres hijas.

Atentar contra la dignidad

La futbolista le denunció ante la Fiscalía y el proceso judicial por supuesta agresión sexual sigue su curso. En clave deportiva, la FIFA le inhabilitó el pasado 6 de diciembre durante tres años por sus abusos de autoridad y los actos notorios que atentan contra la dignidad y el decoro deportivo. La misma sanción impuesta a nivel interno por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD).

Pero hay más. Según un informe de la FIFA, Debbie Hewitt, primera mujer elegida presidenta de la Asociación Inglesa de Fútbol (FA), aseguró que Rubiales "besó de forma forzada" a la jugadora Lucy Bronze en la cara y "acarició" a Laura Coombs. El final más triste posible para un dirigente que decía haber llegado para terminar con la oscura etapa bajo la presidencia de Ángel María Villar y siempre se jactó de ser transparente. Un seísmo con fuertes réplicas que ha dejado en la poltrona de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas de manera provisional, a la espera de elecciones, al extremeño Pedro Rocha.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión