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Ramón Navarro: "El futuro del Teruel está en convertirse en sociedad anónima"

El club mudéjar acaba de lograr un histórico ascenso a la Primera RFEF. Sin tiempo de paladear el éxito, su presidente busca fórmulas para hacer viable el salto de categoría.

El presidente del CD Teruel, Ramón Navarro, posa para HERALDO en la grada del campo de Pinilla.
El presidente del CD Teruel, Ramón Navarro, posa para HERALDO en la grada del campo de Pinilla.
Javier Escriche

¿Cómo han sido estos días de festejos?

Indescriptibles. Imaginaba que las celebraciones iban a ser grandes, pero han superado las expectativas. La alegría se ha desbordado, tanto en la ciudad como en el club, y eso nos hace sentirnos muy orgullosos por lo conseguido.

¿Es el momento más feliz de la historia del CD Teruel?

En mi opinión, sí. Acabamos de ascender a la categoría más alta en la que nunca se ha estado, y también hay que valorar la forma en que se ha conseguido. Somos un equipo humilde, que ha competido con filiales de clubes poderosos y otros rivales que pertenecen a ciudades con mucho recorrido en el fútbol. Subir a falta de dos jornadas para que acabe la liga es para estar muy felices.

Muy felices, y con un ojo puesto en el desafío que se les avecina.

Desde luego. Va a ser un salto importante. Aunque ahora es momento de saborear el éxito, ya empezamos a pensar en el futuro.

¿Qué hará falta para que sean viables en Primera RFEF?

Vamos a necesitar más medios, más ayudas, para afrontar este nuevo reto. No cometeremos el error de enfrascarnos en algo que no podemos mantener. Nuestro primer objetivo siempre ha sido garantizar el sueldo de los jugadores, que por encima de todo son personas. Si vemos que esto no es posible, no arrancaremos la temporada en Primera RFEF.

¿Cuánto van a tener que incrementar el presupuesto?

El de esta temporada estaba fijado en alrededor de 630.000 euros. Para la que viene, hará falta el doble, aproximadamente. Es mucho dinero, pero confiamos en conseguirlo. Ya nos hemos puesto manos a la obra en busca de apoyos.

Pinilla también deberá ser adaptado a las exigencias de la categoría.

Sí, pero no es necesaria una remodelación tan intensa como se pueda pensar. Tanto el césped como la iluminación, que fue renovada el año pasado, cumplen perfectamente. Fundamentalmente, hará falta ampliar el número de asientos.

Desde la próxima temporada, será obligatorio tener gradas en todo el perímetro de los campos de Primera RFEF.

Tendremos un plazo para aclimatarnos a las normativas. Pinilla es un recinto antiguo, en el que los vestuarios y otras zonas también se podrían mejorar, pero cumple con lo principal. El resto de avances se harán progresivamente porque la ciudad es consciente de que está ante un momento clave.

¿Cuentan con el compromiso del Ayuntamiento?

En las primeras conversaciones nos han trasladado que no nos van a fallar. Estoy seguro de que van a tratar al CD Teruel con todo el cariño del mundo. Lo contrario supondría una decepción tremenda.

Y el resto de instituciones, ¿confía en que se impliquen?

Por supuesto. Hemos hablado con responsables del Gobierno de Aragón y de la Diputación de Teruel y nos aseguran que van a responder a nuestras necesidades. No podemos afrontar un proyecto en el tercer escalón nacional sin que las subvenciones crezcan.

Y también el número de patrocinadores privados deberá ir en aumento.

Lógicamente. Nos vamos a mover en busca de más apoyos externos y, si no se consiguen, no nos situaremos en la línea de salida de la Primera RFEF. La directiva no tiene solvencia por sí misma; el club tiene que abrirse y yo sería partidario de cambiar de estructura.

¿De qué forma?

El Teruel necesita ser convertido en sociedad anónima deportiva, y así se lo vamos a plantear a los socios. Tanto por responsabilidad como por otros aspectos, el peso del club no puede recaer sobre los directivos. Aunque no tiene por qué pasar nada, siempre existe el temor. Y ahora que el presupuesto y la profesionalización van a aumentar, creo que a corto plazo habría que funcionar como una sociedad con una serie de accionistas.

Una sociedad que mantendría el espíritu de siempre.

Aquí no cabe otra cosa. Los que estamos es porque nos gusta demasiado. Esto ocurre en todos los clubes humildes y, aunque ahora nosotros tenemos la suerte de vivir un momento dulce, el trabajo debe seguir siendo el mismo. Sabemos lo que ha costado llegar aquí y no vamos a reblar.

¿Se mantendrá la misma base de plantilla?

Si por mi fuera, seguirían todos. Lo paso realmente mal cuando no se renueva a alguien, pero esto es fútbol y entiendo que, con el salto de categoría, harán falta cambios.

Lo que no van a mover es el cuerpo técnico…

Sin duda. Tanto Fran Gracia –director deportivo– como Víctor Bravo –entrenador– están renovados desde hace tiempo por objetivos. Su continuidad se daba por hecha antes de conseguir el ascenso; son dos personas muy implicadas en el club y estamos más que satisfechos con el trabajo que vienen realizando estos años.

Se dice que Teruel es un lugar en el que se deja trabajar.

Siempre fue así. Hay que remontarse mucho tiempo atrás para dar con un entrenador cesado aquí. La confianza en los nuestros es una de las cosas que nos ha hecho crecer.

¿Y dónde está su techo?

Ahora, desde la euforia del recién conseguido ascenso, no me lo planteo; pero firmaría mantener la categoría al año que viene. Seguir a ese nivel ya sería un logro.

Van a pasear el nombre de la ciudad por escenarios míticos de nuestro fútbol.

En Segunda RFEF ya nos ha tocado medirnos con rivales con solera, y ahora la exigencia será todavía mayor. Estamos realmente ilusionados con lo que nos viene. Si te detienes a pensar los clásicos que militan en esta división (Real Madrid Castilla, Deportivo de la Coruña, Alcorcón, Córdoba, Castellón, Real Murcia, Numancia...) se te pone la piel de gallina. Las experiencias pueden ser maravillosas.

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