Cuarenta y nueve días después de que el Mundial de Catar congelase la competición en Primera División, la rueda de la Liga vuelve a girar para poner en marcha una especie de Torneo Clausura compuesto por las 24 fechas que restaban por disputarse cuando la Copa del Mundo interrumpió el camino de los 20 equipos que conforman la categoría. El jueves, a las 17.00, Girona y Rayo Vallecano volverán a alzar en Montilivi el telón de un campeonato que se detuvo el 10 de noviembre, cuando el Real Madrid bajó, venciendo por la mínima al Cádiz en el Santiago Bernabéu, la persiana de una decimocuarta jornada que dejó a los blancos a dos puntos del liderato que ostenta el Barça y que se pone de nuevo en juego esta semana en otro capítulo más del trepidante pulso que mantienen los dos titanes del fútbol español.

El vigente campeón volverá a calzarse las botas el viernes en Zorrilla, donde el sorprendente Valladolid de Pacheta examinará la resaca mundialista de la tropa que comanda Carlo Ancelotti y que volverá a estar liderada sobre el pasto por Karim Benzema. El actual Balón de Oro, inédito desde que contribuyese con un gol a la victoria del Real Madrid sobre el Elche en la décima jornada, regresa con ganas de reivindicarse. Tras no poder disputar ni un solo minuto en el Mundial de Catar, consumar su adiós a la selección francesa y sellar su divorcio con Didier Deschamps, el '9' lionés aspira a recuperar el brillo perdido en un primer tramo de la temporada que estuvo jalonado por continuos problemas físicos y ser de nuevo el principal faro de una escuadra a la que el calendario no concederá tregua en los meses venideros.

En el horizonte inmediato del Real Madrid asoma la Copa del Rey, que le medirá la próxima semana con el Cacereño. Después visitará al Villarreal en el torneo de la regularidad y pondrá rumbo a Arabia Saudí, donde la Supercopa de España le enemistará, entre el 11 y el 15 de enero, con Valencia, Betis y Barça. Los blancos tendrán que afrontar además, a comienzos de febrero, el Mundial de Clubes, y casi a renglón seguido encararán una salvaje eliminatoria de octavos de final de la Champions frente al Liverpool. Pero la Liga penaliza a quien regatea esfuerzos y requerirá la mejor versión de un equipo que impuso la ley hasta que sus consecutivos tropiezos ante Girona y Rayo Vallecano fueron aprovechados por un solidísimo Barça para arrebatarle la cabeza.

Las huestes de Xavi Hernández, condenadas a disputar la Europa League a partir de febrero, solo han cedido cinco puntos en su marcial paso liguero y no han sufrido ni un rasguño desde que hincasen la rodilla en el clásico del 16 de octubre. Pero la baja de Robert Lewandowski, que tendrá que cumplir tres partidos de sanción tras su expulsión frente a Osasuna, es un serio contratiempo para el cuadro azulgrana, obligado a sobrevivir sin su buque insignia.

El vecino Espanyol será el primero en calibrar, el sábado, el efecto de la ausencia del 'killer' polaco sobre un equipo que tratará de mantener los extraordinarios registros defensivos -solo cinco goles encajados en las catorce jornadas contabilizadas hasta la fecha- para consolidarse en la cima de un torneo que, segado de raíz el sueño de la Champions, marcará el éxito o el fracaso del proyecto que tutela el preparador egarense.

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Territorio inexplorado

El tercero discordia a comienzos de campaña, el Atlético, visitará este jueves al colista Elche. Un rival, a priori, propicio para que los rojiblancos comiencen a enderezar el rumbo. Pocos conjuntos saludaron el parón motivado por el Mundial con tanto alivio como el que rige Diego Pablo Simeone. La derrota ante el Mallorca fue la culminación a tres jornadas consecutivas sin conocer la victoria por parte de los colchoneros, sumidos en una crisis existencial y mermados por la guerra que enfrenta al Cholo con Joao Félix. El club ha tomado partido por el técnico y busca salida al díscolo atacante luso, pero mientras en los despachos peinan el mercado, el vestuario necesita dar un golpe de mano.

A 13 puntos del Barça y a 11 del Real Madrid, pelear por el título se antoja una quimera, por lo que el propósito inmediato es recuperar el orgullo y asaltar una zona Champions en la que, además de los dos transatlánticos, están instalados la Real Sociedad y el Athletic. Para ello ya no contará con la ayuda de Cunha, traspasado al Wolverhampton, pero sí de un Griezmann vitaminado por el sobresaliente Mundial que completó. El Principito está llamado a liderar la resurrección rojiblanca.

Con Betis y Villarreal pujando por afianzarse en la parte noble de la tabla, al igual que sucede con las dos grandes revelaciones del curso, Osasuna y Rayo, las urgencias marcan el regreso a la riña liguera de los equipos que conforman la zona baja, con especial mención para un Sevilla que ha pasado en unos meses de soñar con discutirle la anterior Liga al Real Madrid a lidiar con la pesadilla del descenso.

El bloque de Sampaoli, antepenúltimo con 11 puntos, los mismos que el Cádiz y a uno de Celta y Espanyol, delimita los puestos que abren las puertas del infierno y precisa una reacción inmediata. Pero el Mundial se ha cebado con futbolistas como Delaney, Alex Telles o el Papu Gómez, y a eso hay que sumar el trasiego en los despachos, que ya ha deparado la marcha de Isco, y la inestabilidad institucional derivada del enfrentamiento entre el presidente José Castro y el expresidente José María del Nido. El Celta, el viernes en Balaídos, será la piedra de toque de los hispalenses en la vuelta de una competición que, tras casi dos meses en el congelador, se adentra en territorio inexplorado. No hay precedentes y, por ello, todos cruzan los dedos.

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