Japón rompe otra vez el sueño de España

La selección femenina sub-20, sin centro del campo y sin gol, se descompone en el partido decisivo del Mundial.

La reacción de Claudia Pinar después de la derrota frente a Japón.
Japón rompe otra vez el sueño de España
Efe

Japón, la potencia que impidió hace cuatro años que una selección española de fútbol femenino se proclamase campeona del mundo por primera vez, en aquella ocasión en categoría sub-17, se encargó de romper de nuevo el sueño, esta vez el de la sub-20, que sin centro del campo y sin gol se descompuso en el partido decisivo desde que encajó el primer tanto. Aspiraba el equipo dirigido por Pedro López a dar el salto definitivo hacia la gloria de la cantera de un fútbol femenino en continua progresión, pero se quedó a las puertas. Tras conquistar recientemente los títulos de Europa sub-17 y sub-19, la selección de mujeres que pretendía emular a la selección masculina sub-20 que reinó en el planeta en 1999 al derrotar precisamente a Japón en la final, no pudo repetir para firmar un hito universal y entrar de forma definitiva en la historia.

España acusó demasiado en la final la ausencia de Aitana Bonmatí, expulsada en semifinales, y así, sin suerte en la definición en la primera parte y superada en la segunda por las niponas, se fue diluyendo sin remedio ante un rival que sacó a relucir su mejor fútbol tras el descanso. El gol de Candela Andújar ni siquiera sirvió para dar algo de esperanza, porque con un disparo de Claudia Pina al larguero en el minuto 74, el equipo nacional, con un desesperado cambio de sistema en la recta final, no tuvo continuidad contra una selección japonesa que incluso pudo lograr un marcador más abultado. El conjunto japonés, que era uno de los grandes favoritos a la corona, volvió a exhibir su toque, el que le faltó a España cuando más lo precisaba, al igual que acusó no resolver con acierto las ocasiones de las que dispuso en el primer tiempo.

Se mereció al menos un gol España en la primera mitad, pero sin puntería, chocando contra la portera japonesa, no sólo no lo encontró, sino que en una jugada aislada de Japón, con un lanzamiento lejano de Miyazawa, que cogió adelantada a Cata Coll, se adelantaron las asiáticas y provocaron el nerviosismo del equipo de Pedro López. Después de casi 40 minutos de juego ofensivo, profundidad y ocasiones malogradas, la selección española debía irse al descanso por debajo en el marcador de forma injusta. Por primera vez se encontraba en esa situación en el Mundial, después de haberse visto muy superior a las japonesas. En todo, excepto en lo más importante: el gol. El tanto llegó, además, en un momento crítico, aunque con el descanso para reflexionar y levantar los ánimos de un equipo muy tocado moralmente por ese disparo desde fuera del área de Miyazawa.

Con el 62% de posesión frente al 35% de Japón en el primer tiempo, España, aunque con el medio campo muy golpeado por la baja de Aitana Bonmatí, no sacó partido a su gusto por el balón y su ambición porque faltó el remate. Tampoco en los saques de esquina, que fueron una continua amenaza para las niponas. Su peligro también llegaba por la banda derecha con el desborde y los centros al área de Eva Navarro, pero la Balón de Oro y Bota de Oro del campeonato, Patri Guijarro, aunque rozó el gol en un par de oportunidades, tampoco encontró el objetivo. No fue la única que lamentó las decisivas intervenciones de Stambaugh, que brilló en ese primer período de claro dominio español, pero siempre infructuoso. Incluso al filo del intermedio Cata Coll, en un mano a mano ante Endo, evitó entonces el segundo gol japonés.

Con el mazazo anímico de las españolas no saltó al campo con buenas sensaciones España para afrontar la segunda parte, contra una selección que comenzó a sentirse muy cómoda atrás, ordenada y esperando a dar otro zarpazo si se le presentaba. Decayó también aún más de forma muy preocupante la fluidez en el juego del equipo de Pedro López en el centro del campo y desaparecieron las llegadas, mientras Japón comenzaba a crecer. Así llegó el 0-2, aprovechando un despiste defensivo de las españolas, y las aspirantes comenzaron a despedirse del trono. Japón comenzó a gustarse y la superioridad total pasó a los pies de las japonesas, que provocaron las lágrimas de un equipo de fútbol femenino que pese a no dar el último paso tiene que estar muy orgulloso de su Mundial, en el que ha superado otra barrera para seguir evolucionando.

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