PERFIL

El Tour del cicloturismo

Miles de personas vuelven sus ojos al Sabiñánigo cada tercer sábado de junio. La QH se hace cita imprescindible del enamorado del ciclismo.

Cuando hace veinte años aquel grupo de enamorados de la bicicleta pusieron en marcha la cicloturista Quebrantahuesos no podían imaginar la repercusión que iba a tener una cita que se ha consolidado como referencia nacional e internacional de este deporte.


Un puñado de componentes de la Peña Edelweiss quisieron darle forma a un recorrido escalofriante. Se propusieron encadenar sobre un trazado de poco más de doscientos kilómetros las ascensiones del Somport, el Marie Blanque, el Portalet y el Alto de Hoz. Para ir a morir al mismo sitio de donde se salía, Sabiñánigo.


Y aquella propuesta que parecía descabellada fue calando y adquiriendo prestigio entre los enamorados de la bicicleta. Con muy escasa publicidad y apoyos, en la primera edición ya sumaron cuatrocientos participantes. El boca a boca fue el mejor medio de promoción de la prueba. Y el respeto a todos: desde las felicitaciones de cumpleaños hasta las postales de Navidad; detalles que servían para entablar una singular relación entre promotores y ciclistas.


Y con los años se fue incrementando el número de inscritos. Hasta que ya no pudo más y hubo de poner un límite al número de participantes. Como en la edición del próximo año, la de 2011, en la que se duplica el número de preinscripciones con respecto a las plazas que se ofrecen.


¿Cómo es posible que cada año se aventuren casi diez mil personas en una aventura durísima, que impone respeto al ver incluso sobre un papel sus perfiles afilados, sus dientes de sierra, sus impresionantes desniveles? Porque cada año, miles de amantes del ciclismo desafían el sentido común y, después de un largo proceso de puesta a punto, se empeñan en adentrarse en un mar de asfalto plagado de obstáculos con el único ánimo de acabar, de llegar a meta; y, si existe una referencia previa, tratar de mejorar los tiempos de anteriores participaciones.


"El magnetismo de ese día de ese sábado de junio reúne en la parrilla de Sabiñánigo a miles de deportistas, empeñados en encararse con el sentido común y agarrar por la pechera al riesgo. Un océano de más doscientos kilómetros con una ambición: llegar. Atrás quedan miles de kilómetros desgastados en asfaltos de fin de semana; con horas robadas al trabajo, al descanso, a los seres queridos. Banderazo de salida. Sabiñánigo, el templo, el Tour del cicloturismo, el centro de miles de emociones. Arranca la Quebrantahuesos.Muchos meses antes de la celebración de la prueba, no quedan habitaciones ni en Sabiñánigo, ni en Jaca, ni en un entorno cada más amplio de la capital serrablesa. Decenas de miles de personas vuelven su cabeza a ese rincón del Pirineo para atender al desarrollo de una cita con vitola internacional" (Quebrantahuesos. La dulce tortura).


Respeto internacional

Hasta tal punto que la Unión Ciclista Internacional decidió incluirla en la Golden Bike, el selecto grupo de pruebas que componen la Copa del Mundo del cicloturismo.


Y es que la Quebrantahuesos, la QH como todo el mundo la conoce, se ha ganado el respeto de los más selectos enamorados del ciclismo: desde el atractivo recorrido, hasta la cuidada organización y la colaboración de los voluntarios -la prueba involucra de una forma u otra a todos los habitantes de Sabiñánigo- provocan admiración. Lo que ha multiplicado el número de participantes y de admiradores.


Incluso el recorrido mereció un singular homenaje de la Vuelta a España: el trazado original fue incluido en el recorrido de la Vuelta a España de 1998. Después, sin embargo, los problemas surgidos en el Tour de ese año y la persecución a los corredores en suelo francés hicieron que la organización dejara la cita convertida en una etapa menor. Aquel año Fernando Escartín acabó segundo, por detrás de Abraham Olano.


La prueba ha atraído a figuras de la talla de Miguel Induráin, Olano -que nunca falla a la cita del tercer sábado de junio-, Fernando Escartín -ahora organizador-, Federico Martín Bahamontes, Pedro Delgado, Claudio Chiappucci, el campeón olímpico Joan Llaneras, Joseba Beloki, Toni Rominger, Joop Zoetemelk, Joane Somarriba... primeras figuras del ciclismo mundial. Incluso Eddy Merckx se ha interesado por la prueba y estuvo a punto -como Lance Armstrong- de aceptar el homenaje de la competición deportiva.


Pero no sólo ellos. La QH cautiva a ilustres como el ex atleta Javier Moracho; como a ex futbolistas como Luis Enrique y Juan Carlos Unzué; al periodista deportivo Antonio Lobato; los pilotos Marc Coma y Nani Roma; o el cantante de OBK Miguel Arjona. El año pasado, la carrera rindió un homenaje especial a Miguel Delibes, pocos meses después de su fallecimiento. Y participó en la prueba uno de sus hijos, Juan Delibes, cautivado también por la magia de la QH.


"¿Y tú? -cuenta el libro "La dulce tortura"-. Yo también soy ganador de la Quebrantahuesos. Merecedor de los saludos, de los abrazos, del agasajo. He acabado y he hecho realidad mi sueño. Me queda mi tiempo, mi puesto en la general, mi gran victoria. Estoy roto, deshecho, muerto. Y me pongo en manos de quien me ofrece un bálsamo para atender mi cuerpo herido por semejante desgaste".


El 18 de junio de 2011 volverán a repetirse las mismas sensaciones, a vivirse las mismas historias.