RUTA DEL VINO

Cicloturismo en estado puro

La XXXI Ruta del Vino, organizada un año más por el Club Ciclista Ebro de Zaragoza, reunirá el próximo 24 de julio a más de un centenar de participantes.

La organización prepara avituallamientos, tanto sólidos como líquidos.
Cicloturismo en estado puro
IGNACIO GRACIA

Son marchas en peligro de extinción. Su oferta, que no incluye clasificación alguna, choca con la de la mayor parte de pruebas que integran el calendario de cicloturismo español. Frente a la tensión de la competición, permiten disfrutar sobre la bici en un clima de total compañerismo. La zaragozana 'Ruta del Vino', que el próximo 24 de julio celebrará su XXXI edición, es una de ellas.


«Mantenemos el verdadero espíritu cicloturista, por lo que no hay ánimo competitivo», asegura Tomás Agustín, presidente del Club Ciclista Ebro, entidad organizadora de esta marcha desde su creación en 1980. «Salvo en 2005, que por motivos logísticos no se pudo desarrollar, ha tenido lugar año tras año», apunta Agustín con satisfacción.


La tendencia que han experimentado este tipo de pruebas, convirtiéndose a formato carrera, no se lo ha puesto nada fácil a la Ruta del Vino, fiel a su estilo desde su origen. Actualmente, con la previsión de unos 135 participantes para la edición de este año, se ha convertido en una cita de referencia, muy cotizada por amantes de las dos ruedas que buscan, aunque sea por un día, algo más de sosiego encima de la bicicleta.


En este sentido, Luis Carlos Borbón, cicloturista miembro de la organización, destaca que «la gente sabe a lo que viene», aunque deja claro que «el hecho de que no haya puestos en juego no significa que no haya tiempo para sudar el maillot». Y es que, de hecho, hay tramos libres para que cada uno marque su propio ritmo. «La diferencia está en que hay reagrupamientos en determinados puntos», precisa Borbón.


Itinerario atractivo y participación nacional


El recorrido, propicio para la práctica de este deporte, consta de unos 125 kilómetros, con salida y llegada en Zaragoza. El pelotón echará a rodar a las 7.00 de la calle Pedro III El Grande y se dirigirá rumbo a la carretera de Valencia para atravesar Muel, Villanueva de Huerva, Tosos, el Alto de Tosos -avituallamiento líquido-, Cariñena, Almonacid de la Sierra -avituallamiento sólido-, Alfamén, Longares y María de Huerva, ya de vuelta hacia la capital aragonesa, donde finalizará en el Campus de la Ciudad Universitaria.


La prueba, puntuable para la Copa de España, albergará a ciclistas venidos de diferentes puntos de la península. Según el comité organizador, «la participación foránea está garantizada», ya que, tal y como viene siendo habitual, «habrá deportistas de Navarra, Valencia, Santander, País Vasco y Cataluña, además de Aragón».


Así, con esta filosofía, es posible rodar en pelotón sin sufrir la lucha por la posición, una oferta cada vez más escasa que el Club Ciclista Ebro, a pesar de la coyuntura económica actual, mantiene con la Ruta del Vino. La edición de 2011, tras meses de preparación, espera ya ansiosa en la línea de salida. La cita, el próximo domingo, 24 de julio, sin ganas de guerra.