balonmano

Dani Arguillas, el portero goleador del Bada Huesca

El guardameta del equipo oscense marcó dos tantos desde su portería en la victoria ante el Benidorm, un hecho muy poco frecuente en este deporte.

Daniel Arguillas, portero del Bada Huesca.
Daniel Arguillas, portero del Bada Huesca.
Veronica Lacasa

Las paradas de Dani Arguillas en el partido del Bada Huesca frente al Benidorm ya bastarían por si solas para dar al portero una elevada responsabilidad en la victoria (37-30). Detuvo casi la mitad de los lanzamientos que recibió, con un 42% de efectividad. Por poner este dato en perspectiva, el porcentaje en esta misma jornada de Nielsen, guardameta del inalcanzable Barça, fue del 39%. Pero es que el capitán rojillo no se contentó solo con hacer muy bien su trabajo; marcó dos goles, un hecho inusual entre sus compañeros de puesto en la Liga Asobal y el resto de competiciones.

Una actuación memorable y un hito personal para el meta nacido hace 31 años en Caldes de Montbui (Barcelona), con una vasta experiencia en la máxima categoría y capitán de un Bada al que llegó en 2015. “En todos los años que llevo nunca lo había logrado, siempre hay un primer día”, recuerda Arguillas, que realizó dos lanzamientos de portería a portería que sorprendieron a un Benidorm que trataba de acercarse a los rojillos a la desesperada y que por ello prescindió de su guardameta en varias ocasiones para generar superioridades numéricas. A puerta vacía, el catalán sacó provecho de un cambio en la normativa introducido hace pocos años.

Ahora, “es más sencillo tirar de campo a campo que antes”, señala un Arguillas que explica con humor que tuvo sus dudas con el segundo de los goles: “Casi me puse a soplar desde la portería, con la rosca que di a la pelota la vi muy cerca de estrellarse en el palo”. El balonmano ha evolucionado. Es un deporte más físico y, a la vez, veloz para beneficio del espectáculo. Lo que genera marcadores más abultados; sin ir más lejos, se vieron 67 goles en el Palacio de los Deportes, más de uno por minuto de media, y en el anterior encuentro en casa de los de José Francisco Nolasco, ante el BM Logroño La Rioja, también se produjo un marcador abultado: 36-32.

Arguillas, un veterano de la Asobal y el jugador con más temporadas en el Bada de entre los que conforman el actual plantel, ha vivido en primera persona esta evolución; sobre todo, en el “ritmo”: “Se corre muchísimo, se busca el contragol cuando el rival falla. Los jugadores son más fuertes y además tenemos una liga bastante joven. Nuestro equipo es un caso claro, los chicos se pasan el partido corriendo”.

En este escenario el oficio de portero también ha cambiado. Arguillas recibe “más lanzamientos” que antes. “En las tres primeras temporadas jugábamos a marcadores muy bajos, la premisa era que el rival no subiese de 20 goles. Recuerdo un 21-19 al Ademar León. Ahora hay más disparos, la rapidez en el juego provocar que la defensa no esté colocada cuando el otro equipo sale a la contra. Se nota. Ya no piensas en el gol que te acaban de meter, sacas rápido y buscas ese acelerón”, explica Arguillas, cuya filosofía se resume en que “piensas en cómo ayudar a tu equipo a ganar”.

Los cambios de la norma no obedecen a un capricho, sino que redundan en el disfrute de los aficionados y generan un efecto llamada en nuevos acólitos. Los últimos partidos en el Palacio así lo atestiguan dentro y fuera de la pista. Arguillas percibe que “hay gente que no había venido nunca y nos llega que lo pasa muy bien. El trabajo del club está siendo muy importante para que la audiencia sea mayor, viste mucho el pabellón y engancha a la gente a nuestro deporte, que es lo vital”. Los rojillos sentían algo parecido a una “deuda” con sus seguidores y quieren mantener el ritmo en un final de temporada con la tranquilidad de la permanencia casi cerrada.

El Bada Huesca ha anunciado esta semana la continuidad un año más, y ya serán 15, de Nolasco como entrenador. Una apuesta por la estabilidad que Arguillas celebra y de la que también forma parte, pues este es su noveno año en la capital oscense y tiene contrato en vigor hasta el verano de 2025. “José hace un gran trabajo año a año, está súper asentado y ha demostrado que sabe adaptarse bien a las circunstancias. La actual es una muy buena temporada, llevamos tres puntos más que en la primera vuelta a estas alturas y estamos a dos de Europa”, sintetiza el catalán, formado en la cantera del FC Barcelona y jugador asimismo de BM Aragón, Granollers y Puente Genil.

Arguillas nombra “Europa” y no la ve tan lejos. El club aragonés disfrutó de un paso efímero por la entonces denominada Copa EHF, hoy Liga Europea, eliminado en la primera ronda por el Eskilstuna sueco en la campaña 2014-15, la anterior a la llegada del catalán a la portería. Con los pies en la tierra, considera que “lo primero es mantener la categoría. Luego, quedar lo más arriba posible. Europa sí es un anhelo; nos hemos quedado muchas veces a un partido, un gol, un punto… Sería un premio para los que llevamos más tiempo”. También para el portero, que siente Huesca como su casa: “Tengo a mi familia, mi mujer y mi hija. Mis padres viven en la provincia. Me encantaría seguir muchos años y llegar lo más alto posible”.

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