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El balonmano de élite regresará a Zaragoza más de 2.000 días después

El último encuentro profesional se disputó el 19 de marzo de 2016 en el pabellón Siglo XXI, donde el Bada Huesca se impuso por la mínima al desaparecido Balonmano Aragón (24-25). Este fin de semana, el Príncipe Felipe acoge la Copa Asobal.

El internacional aragonés Javier Ariño, de azul, intenta avanzar entre dos defensores del Bada Huesca.
Imagen del último encuentro de balonmano profesional en Zaragoza el 19 de marzo de 2016. En ella, el internacional aragonés Javier Ariño, de azul, intenta avanzar entre dos defensores del Bada Huesca.
Aránzazu Navarro

2.268 días. O lo que es lo mismo: 6 años, 2 meses y 12 días. Ese es el tiempo que va a pasar Zaragoza sin acoger un partido de balonmano profesional. Desde el 19 de marzo de 2016 hasta el próximo sábado 4 de junio, cuando el pabellón Príncipe Felipe acoja las semifinales de la Copa Asobal, que enfrentarán al FC Barcelona contra el BM Logroño La Rioja y al Bidasoa Irún contra el Fraikin BM Granollers.

La capital aragonesa ya está lista para volver a vibrar con un deporte que no hace demasiado tiempo paseaba el nombre de Aragón por los mejores pabellones de Europa. El máximo responsable fue el desaparecido Balonmano Aragón, que en 2007, frente al Magdeburgo, se convirtió en el único equipo de la Comunidad que ha disputado una final europea. Fueron 11 años en la élite repletos de alegrías y éxitos sustentados por un balonmano de altísimo nivel.

Hasta 2016, cuando el equipo, acuciado por las deudas y sin ningún respaldo institucional, se vio abocado a la desaparición. A través de un burofax emitido a la Asobal, el 11 de abril de ese mismo año la entidad quedó sepultada por motivos extradeportivos. Pocos días antes, el 19 de marzo, disputó su último partido, la última gran cita que ha acogido Zaragoza al máximo nivel.

Y fue, curiosamente, frente al Bada Huesca de José Nolasco. Los altoaragoneses se impusieron por la mínima (24-25) al equipo de Demetrio Lozano, leyenda viva del balonmano español, que compaginó hasta el último día las labores de jugador y entrenador. Aquel 19 de marzo murió deportivamente el Balonmano Aragón, aunque institucionalmente todavía agonizó un par de semanas…

Con él se fue también de la ciudad una disciplina amada y respetada por miles de seguidores. Una afición que, a la espera de que algún día la resina y los lanzamientos de siete metros vuelvan a Zaragoza, este fin de semana disfrutará con la Copa Asobal de balonmano.

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