Los Hispanos apean a la temible Francia y jugarán la final del Europeo ante Suecia

La final se jugará el domingo a las 20.30 en Zagreb.

Cañellas, en ataque.
Cañellas, en ataque.

La selección sueca de balonmano será el rival de España en la final del Europeo de Croacia 2018 después de imponerse a Dinamarca (34-35) en la segunda semifinal de este viernes, un partido en el que siempre estuvieron por delante pero acabaron certificando su victoria en una prórroga que forzó el danés Lasse Svan sobre la bocina.

Poco antes, España firmó un partidazo. Rozó la perfección ante la campeona del mundo, Francia. Una victoria de brillo, basada en una gran defensa, buena aportación de portería tanto de Corrales como Sterbik, y soberbio ataque, que desarboló a una Francia que, sobre todo en la primera parte, pareció por momentos una mala copia de 'Les Experts', del equipo que no había perdido en esta cita europea. Con este triunfo, España confirma al menos la medalla de plata que obtuvo en el pasado Europeo.

El planteamiento de Jordi Ribera fue veneno para los pupilos de Didier Dinart, que no supieron cómo superar el 6:0 de los Hispanos. Solo el parcial encajado de 6-0 en el segundo tiempo puso en peligro el resultado. Francia llegó a colocarse a tres goles de los españoles, pero el equipo nacional sacó fuerzas de flaqueza para evitar que la racha gala fuese a más y resolvió un partido que dominó desde los primeros minutos.

La primera parte hispana fue de manual. Buena defensa, con un control excelso sobre la Karabatic, Mem y compañía. Solo el azulgrana Sorhaindo daba problemas a la zaga española. Francia iba perdiendo gas e ideas con el paso de los minutos. España sometió a los galos con ese trabajo defensivo y con un gran ataque, que dio problemas a la defensa francesa, irreconocible durante esos primeros treinta minutos.

La igualdad inicial se rompió pasado el ecuador del primer tiempo. El doble cambio ataque-defensa, con la entrada de los centrales Viran Morros y Gedeón Guardiola, resultó clave. La incomodidad de la primera línea gala era patente. Faltas en ataque y acciones que no lograban abrir huecos en la defensa española.

Eduardo Gurbindo, brutal en ataque y defensa, tiraba de un equipo que veía puerta con facilidad. Y de pronto surgió Arpad Sternik, que detuvo dos siete metros, uno a Mahe y otro a Guigou, y ayudó a que los Hispanos fuesen abriendo más la diferencia. Se pasó de un 8-9 favor de los pupilos de Jordi Ribera a un 8-12 casi sin despeinarse. Francia seguía naufragando ante la defensa española. Ya solo fue capaz de perforar la portería hispana desde los siete metros y en una sola ocasión. Desde el 8-8, el equipo de Ribera endosó un parcial de 1-7 que enterró a la selección de Didier Dinart en la primera parte. Solé, el extremo zurdo, letal desde los siete metros -cuinco penas máxima transformadas- se convirtió en la máxima artillero español. La selección se fue al descanso con la máxima renta hasta ese momento, seis goles (9-15), gracias al cuarto siete metros convertido por el extremo zurdo.

La segunda parte arrancó igual. España aguantó la diferencia. Seguía el buen rendimiento de 6:0 defensivo. Sarmiento, buen campeonato el del central canario, y Raúl Entrerríos, que sería elegido mejor jugador de la semifinal, llevaron perfectamente el tempo ofensivo. Pasaban los minutos y Francia era incapaz de reducir la renta rival. Esta incluso se incrementó hasta los nueve goles (14-23, m. 45).

Pero Francia es mucha Francia. Dinart sentó a la estrella gala, Nikola Karabatic, anulado prácticamente por la defensa española, y dio entrada al cañonero Romain Largarde. El lateral izquierdo del Nantes se convirtió en el revulsivo de los 'blues'. Tres goles consecutivos suyos propiciaron la reacción francesa hasta un peligroso 20-23. España había encajado un 6-0.

Pero el equipo nacional aguantó el tipo. Corrales, con un par de paradas de mérito, evitó mayores problemas. Cañellas puso el 20-24 que rompió el parcial francés. España volvió a su sólida defensa y buen juego combinativo para evitar que los franceses recortasen más de lo necesario. Francia no claudicó, pero el partido en los minutos finales tenía color hispano. España se clasificaba para su quinta final continental. Ahora solo queda esperar que los pupilos de Ribera sean capaces el domingo de romper el maleficio y ganarla.

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