baloncesto
El Casademont Zaragoza sorprende al Tenerife y ya mira a la Copa del Rey
El equipo aragonés remonta en los últimos 15 minutos (64-70), liderado por Watt y Bell-Haynes, y suma su cuarta victoria seguida en la Liga Endesa.
El Casademont Zaragoza sigue al alza. Este viernes conquistó Tenerife (64-70), tras protagonizar un último cuarto de hora espectacular, y sumó su cuarta victoria consecutiva en la Liga Endesa -la séptima de la temporada-. El cuadro aragonés completó un inicio desalentador, muy deficiente, pero después tiró de casta, carácter y orgullo para sobreponerse a una desventaja de 20 puntos y, de esta forma, sorprender a un oponente que finalizó la contienda abatido y desencantado, sorprendido por el inesperado desenlace. Mientras, los zaragozanos no sólo se inyectan otra importante dosis de autoestima, sino que fortalecen sus opciones de participar en la próxima edición de la Copa del Rey.
En los primeros 15 minutos, al Casademont le faltaron fuerza, firmeza y convicción. Especialmente en un primer acto inadmisible, donde ofreció importantes debilidades en los dos lados de la pista. El Tenerife, muy poco exigido, no desaprovechó concesiones de tal magnitud y edificó un sólida renta con suma facilidad (31-11). Sin embargo, el conjunto de Porfirio Fisac -muy atinado en sus decisiones- nunca dejó de creer, y al final obtuvo su recompensa con los puntos de Watt (20), Bell-Haynes (14), Yusta (6) y MacFadden (5) en los instantes decisivos del duelo.
El Tenerife arrolló en el inicio. A lomos del ingenio de Huertas en la dirección, el cuadro local jugó con rapidez y criterio los primeros compases del duelo, generando situaciones muy favorables para anotar. Shermadini resultó incontenible en la pintura, con cuatro puntos consecutivos; y cuando el Casademont se cerró para intentar neutralizar al georgiano, los insulares golpearon desde el perímetro con los triples de Doornekamp, Joan Sastre y Sasu Salin. Y aunque el Casademont acertó desde el perímetro con los lanzamientos de Trae Bell-Haynes y Mark Smith –en dos acciones aisladas–, Porfirio Fisac tuvo que detener el encuentro, a los 5 minutos de juego, para corregir las debilidades de su equipo (15-6).
El tiempo muerto no modificó el escenario. El cuadro aragonés siguió atacando de manera anárquica y descontrolada, sin las pausas preceptivas, y no hallaba grietas en la defensa rival. De ahí que cerrara el acto inaugural con sólo 11 tantos facturados (23-11) y un desatino sorprendente en los tiros de campo (4 de 16). Por el contrario, el Tenerife presentaba una efectividad del 50% desde más allá del arco (5 triples convertidos en 10 intentos), y había acumulado méritos suficientes para haber obtenido una renta mayor.
El desconcierto de los zaragozanos continuó después, lo que se tradujo en pérdidas de balón y en canastas fáciles de su oponente. Cook, sin apenas oposición, y luego Ristic, con tres jugadas seguidas –dos de ellas al contragolpe–, aumentaron la ventaja de los locales (31-11) con una facilidad escandalosa y precipitaron un nuevo tiempo de Porfirio Fisac. Además de sus continuas carencias ofensivas, el Casademont también era un equipo quebradizo en las labores de contención.
La reacción de los visitantes llegó de la mano de Mitchell Watt, con tres canastas en la pintura, y con dos tiros libres de Mark Smith (33-19). Un parcial de 2-8 para volver a creer. Y aunque el Tenerife respondió con inmediatez, con cinco tantos consecutivos de Edgar Vicedo, el Casademont aún alcanzó el intermedio con opciones de voltear el partido (41-27). A ello había contribuido el Tenerife, que había errado tiros a priori muy ventajosos, especialmente desde el perímetro, para haberse marchado al descanso con una diferencia mucho más holgada.
Tras la reanudación, el conjunto local acentuó su desatino ofensivo. Sobre todo Sasu Salin (1 de 6 en triples, todos ellos liberados). La falta de puntería de los insulares estimuló a los zaragozanos, que, poco a poco, por fin, remando sin descanso, fueron reduciendo la diferencia con una fe y un carácter inquebrantables. Con una defensa zonal muy productiva, e impulsados por la determinación de Watt y el talento de Bell-Haynes, el Casademont se situó a sólo tres puntos a la media hora de juego (49-46).
El cuadro aragonés también fue muy superior después, lo que se tradujo en el marcador tras un certero triple de Yusta y tres canastas consecutivas de Kravic (51-55). A partir de ahí, el Tenerife intentó sostenerse en la experiencia y el oficio de Huertas, pero el Casademont se mantuvo inicialmente firme, sin fisuras, sin desatenciones. Bell-Haynes, con acciones individuales, y Yusta, con un nuevo triple, dejaron el partido inclinado del lado visitante (55-64), cuando restaban cuatro minutos y medio para la conclusión. El parcial era de 11-36.
Huertas y Salin, con un triple, y las malas decisiones de Smith devolvieron la incertidumbre a las gradas (62-64). La sentencia llegó en las siguientes jugadas, tras una antideportiva de Jaime Fernández sobre Bell-Haynes. El canadiense acertó con sus dos disparos desde la línea de personal (62-66) y, posteriormente, McFadden remató con una canasta de muchísimo mérito (64-70). La Copa ya no es imposible.
