baloncesto

Las dos Copas del Rey de baloncesto que celebró Zaragoza

El Club Baloncesto Zaragoza (CBZ) ganó el torneo en 1983 y 1990, además de haber sido subcampeón en las ediciones de 1992 y 1995.

El CAI Zaragoza (CBZ), nada más conquistar la Copa del Rey de 1983 ante el Barcelona.
El CAI Zaragoza (CBZ), nada más conquistar la Copa del Rey de 1983 ante el Barcelona.
Juan G. Misis/archivo heraldo

El Club Baloncesto Zaragoza (CBZ) fue un grande de España. Y protagonizó la primera gran gesta del baloncesto nacional. Lo hizo con la conquista de la Copa del Rey ante el Barcelona, en 1983, en una final intensa y emocionante, sin apenas tregua, que se resolvió en el último suspiro con un suspense de película (81-78). El cuadro aragonés, siempre presto al combate, se sobrepuso a una desventaja de 11 puntos para voltear el marcador, ya en los compases finales, ante la sorpresa del gigante azulgrana. Dos grandes acciones defensivas de Fernando Arcega y, posteriormente, una canasta de Charly López Rodríguez consumaron el triunfo de los zaragozanos, que celebraron la hazaña al abrigo de su afición –el partido se desarrolló en el Palacio de los Deportes de la capital aragonesa–.

"Fue algo histórico. De hecho, aquel triunfo supuso un cambio radical en el baloncesto español", afirma el presidente del CBZ, José Luis Rubio, consciente de la "sobresaliente repercusión mediática" que alcanzó la gesta. Hasta entonces, Real Madrid y Barcelona habían gobernado sin apenas oposición las diferentes competiciones nacionales. Pero los catalanes, con una plantilla de ensueño –Epi, Solozábal, Sibilio, Davis, Stracks...–, acabaron cediendo ante el empuje, el entusiasmo y la convicción del conjunto zaragozano, que contaba en sus fila con los hermanos Arcega (Fernando y José Ángel), Magee, Allen, Díaz, Bosch, López Rodríguez y Paco Zapata.

Rubio fue el ideólogo de aquella obra grandiosa, modélica e ilusionante, que acumuló éxitos mayúsculos con plantillas compuestas mayoritariamente por jugadores de la tierra –apuntaladas por los mejores extranjeros de la competición–. Bajo el patrocinio de la CAI, el conjunto aragonés abanderó el espíritu rebelde del baloncesto español. "Tuvimos a los mejores americanos, a los mejores nacionales y también a los mejores canteranos. Y conseguimos llevar el nombre de Zaragoza bien alto por toda España y Europa", añade el presidente, que también fue uno de los impulsores de la ACB.

"La primera Copa del Rey que ganamos fue fundamental, por supuesto, para la historia del club; pero también para la historia de la ciudad y para la historia de la propia ACB", advierte Fernando Arcega, capitán de aquel histórico equipo que derribó todas las previsiones. "Supuso nuestro reconocimiento en el baloncesto español como equipo alternativa. Nos presentamos en la final tras superar al Joventut de Badalona, que por entonces era el equipo revelación, y luego también sorprendimos al Barcelona para alzarnos con el título. Además fue en Zaragoza. El público estaba absolutamente enfervorizado", recuerda Arcega, cuya contribución resultó capital en el triunfo de los aragoneses. "Después de cuatro décadas de aquella victoria, todavía hay gente que recuerda aquellos momentos con una magia especial", indica el capitán.

Seis años más tarde, el 13 de febrero de 1990, el CAI sumó una nueva Copa del Rey a sus vitrinas. El nuevo éxito se produjo en Las Palmas de Gran Canaria, tras doblegar al Joventut de Badalona en la final (76-69). La exhibición ofensiva de Mark Davis, incontenible desde todas las posiciones, resultó capital en ela victoria de los zaragozanos. El estadounidense finalizó la contienda con 44 puntos anotados, una valoración global de 37 créditos y un porcentaje de acierto muy elevado en sus acciones de ataque: convirtió seis de sus nueve lanzamientos triples; facturó 10 de sus 17 tiros de dos; y presentó una efectividad máxima desde la línea de personal (6 de 6 en los tiros libres).

"La segunda Copa del Rey también la ganamos contra todo pronóstico", indica Arcega, quien recuerda que el CAI Zaragoza venía de encajar "un duro golpe en la Copa Korac", en Livorno, ante el Enimont Libertas. Los transalpinos habían eliminado a los aragoneses de la competición continental tras remontar una desventaja de 24 puntos (90-65). "Viajamos directamente de Italia a Las Palmas, muy afectados anímicamente. Sin embargo, fuimos adquiriendo confianza conforme avanzábamos en el torneo, y al final logramos levantar otro título para el que no éramos candidatos", rememora el ala-pívot aragonés.

Capacidad competitiva

En este sentido, el CAI superó al Girona (85-79), en la eliminatoria de cuartos de final; sorprendió después al Real Madrid (73-74), en el duelo de las semifinales; y doblegó al Joventut de Badalona (76-69) en el choque definitivo. "Llegamos con con Mark Davis muy enchufado, y lo supimos aprovechar", señala Arcega. "Las dos Copas del Rey que ganamos fueron muy importantes. Hay que ponerlas en valor, ahora que han pasado tantos años, porque entonces ganar cualquier competición representaba una dificultad manifiesta ante plantillas del potencial del Real Madrid y el Barcelona", sostiene el capitán, quien subraya la capacidad competitiva del conjunto zaragozano, que superó a blancos y azulgranas "en partidos de competición liguera, competición copera e, incluso, competición europea".

Aquel CAI Zaragoza participó en todas las ediciones de la Copa hasta 1996, el año en que desapareció, víctima de sus problemas financieros y de las promesas de patrocinio incumplidas. Compitió en la ACB durante 14 temporadas ininterrumpidas (1983-1996), donde llegó a alcanzar la tercera posición en dos ocasiones (1997 y 1988). "Y además de las dos Copas del Rey conquistadas (1983 y 1990), también alcanzamos la final en otras dos oportunidades (1992 y 1995)", recuerda Rubio. Y también fue subcampeón de la Recopa en 1991, tras una final que tuvo prácticamente ganada ante el PAOK de Salónica. En el tramo final, sin embargo, los griegos superaron a los zaragozanos con polémica y malas artes. Aunque murió el primer equipo del CBZ, no lo hizo la entidad, que sigue desarrollando una labor ejemplar en la formación de jóvenes valores.

"Y aunque han pasado tantos años, algunos de nuestros jugadores todavía conservan récords históricos de la Copa del Rey", apunta Rubio. Precisamente, tres de las estadísticas individuales más preciadas: con 44 puntos, Mark Davis, en la final, y Leon Wood, en semifinales, poseen la anotación más elevada en un solo partido; Kevin Magee es el máximo reboteador, con 21 capturas en un mismo encuentro; mientras que Andy Toolson lidera el registro de triples convertidos, con 7. 

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