baloncesto

Shermadini salda su ‘deuda’ con el Casademont

En 2014, tras descartar su fichaje por unos problemas de rodilla, el club prestó sus servicios médicos al jugador para la rehabilitación. Ocho años después, el georgiano ha sido el héroe inesperado de la salvación. 

Shermadini, durante el partido Morabanc Andorra-Tenerife que le dio la salvación al Casademont.
Shermadini, durante el partido Morabanc Andorra-Tenerife que le dio la salvación al Casademont.
ACB

Septiembre de 2014. El CAI Zaragoza firma el codiciado regreso de Giorgi Shermadini, que la anterior campaña había sido el jugador más valioso del equipo hasta fichar en invierno por el Olympiakos griego, donde no llegó a cuajar. La vuelta del georgiano supone un golpe de efecto en el mercado, pero todo se frustra cuando Gio no pasa el preceptivo reconocimiento médico.

Unos problemas de rodilla obligan al CAI a suspender su contrato. El director deportivo de entonces, Willy Villar, debe buscar sustituto a marchar forzadas, mientras el pívot comienza un periodo de recuperación estimado en dos meses. El club parece tener claro que Shermadini, de 25 años, no va a formar parte de la plantilla; pero, dada la buena relación entre ambas partes, le ofrece sus servicios médicos para acometer la rehabilitación.

Shermadini, junto al fallecido José Luis Abós, en su primera etapa en el Casademont.
Shermadini, junto al fallecido José Luis Abós, en su primera etapa en el Casademont.
Heraldo

Pasados esos dos meses, a mediados de noviembre, el jugador decide dar por concluida su estancia en Zaragoza. Le había surgido la oportunidad de fichar por el Pallacanestro Cantú y quiso enrolarse en el proyecto de la escuadra italiana, en una decisión que fue muy criticada por ciertos sectores de la afición.

Muchos no comprendían que Shermadini acabase la temporada con otro club tras haber completado el periodo de recuperación en la capital aragonesa. Y ni siquiera los agradecimientos del georgiano, mostrados públicamente a través de la página web del club, valieron para convencer a los más críticos.

Había una cuenta pendiente. Una especie de ‘deuda moral’ que se saldó este sábado de la forma más inesperada. Ocho años después de su salida del CAI, Shermadini se convirtió en el héroe de la agónica salvación del club zaragozano, gracias a esa canasta a falta de seis décimas para la conclusión del Morabanc Andorra-Lenovo Tenerife que dio el triunfo (75-77) a los canarios.

El georgiano, que tras su paso por el Cantú también jugó en el Principado y en Málaga sin que aquella dolencia de rodilla fuese a mayores, condenó a uno de sus exequipos para darle la vida a otro, a un Casademont que, de no ser por ese último tiro de Shermadini no habría logrado la permanencia.

El destino, tan caprichoso, quiso que el pívot compensara el buen trato recibido en 2014 con una acción que ya forma parte de la historia del baloncesto ACB. Los aficionados rojillos siempre recordarán que Shermadini, aquel gigante que deslumbró en su fugaz paso por Zaragoza, iba a tardar ocho años en convertir la canasta más importante; la canasta que salda para siempre la ‘deuda moral’ adquirida en el otoño del 14.

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